Cuatro Relatos Sorprendentes
EL SOLDADO DE PLASTICO.
CAPITULO I: EL DESCUBRIMIENTO.
Habían llegado a aquella vieja casa de campo hacia unos días. En
aquel abandonado cuarto de juegos encontró muchos juguetes, que habían
sido de su tío. Alguien que apenas conocía, pues nunca lo había visto, a
excepción de las fotografías que le enseñaba su madre de vez en cuando-
do. Aquel pariente suyo tenia ahora unos cuarenta y tantos años,
siendo algunos de aquellos juguetes de hacia mas de treinta años. La
casa llevaba vacía unos diez años.
Carlos había llegado con sus padres de una forma apresurada, pues
razones de fuerza mayor se habían impuesto sobre ellos; no había podido
atraer ninguno de sus juguetes, de hecho la mayoría de las pertenencias
personales de la familia, se habían perdido en el incendio de la casa. Por
tanto debía conformarse con los viejos juguetes de su tío durante una
temporada.
– Carlos, hora de cenar.
La voz de su madre interrumpió el recorrido que Carlos hacia por
aquel
viejo cuarto de juegos, pero de ninguna forma le creo ninguna resistencia, ni
interrumpió nada que le fuera desagradable. Por primera vez en mucho
tiempo Carlos experimento alivio al oír la voz de su madre, que le recordaba
la obligación de acudir a cenar. La razón de su actitud causo sorpresa en
Carlos, que sin embargo le resulto al mismo tiempo absolutamente natural.
Carlos no tenia ningún vinculo con aquella casa, con aquellos juguetes y con
aquel tío que de niño había jugado en aquel cuarto que el exploraba con el
único propósito de matar el aburrimiento que generaba en el aquella casa y
aquel lugar tan alejado de todas partes. Estaba completamente solo, sus
amigos se habían quedado en la ciudad donde tenian su antigua casa. El
incendio había tenido lugar a mediados de junio y, puesto que había a-
probado todas las asignaturas, siendo el principal obstáculo que se
oponía al traslado de la familia, los estudios de Carlos, no había razón para
demorar el mismo.
A finales de junio la familia se había trasladado a su nueva residencia,
lo que para Carlos suponía tres meses de aburrida soledad en aquel
apartado
lugar, antes de que se reanudaran las clases. De modo que pese a ser un
buen estudiante, Carlos por primera vez en su vida comenzó a añorar la
llegada del nuevo curso, tras llevar una semana de estancia en su nueva
casa.
– ¿Que tal van las cosas Carlos, has descubierto algo interesante en el cuarto
de juegos de tu tío?
– La verdad es que he visto varias cosas, pero no se que son.
– Comprendo que estés aburrido hijo, pero ya sabes que la desgracia que
hemos tenido nos obliga a vivir aquí, no sabemos por cuanto tiempo. Antes
esta casa era mas alegre, yo y mi hermano jugabamos mucho y había
algunas otras casas por los alrededores, lo que hacia que esto no fuera tan
aburrido y solitario. Cada uno de nosotros tenia su cuarto de juegos, pero el
mío lo arregle y me desprendí de todos los juguetes, en cuanto fuy un poco
mayor, en cambio tu tío dado a que se instalo en el cuarto de arriba, no toco
este cuarto y quedo como una especie de museo de juguetes. A veces
pienso
que esa fue la verdadera intención de tu tío y creo que a mis padres les
agradaba la idea; hasta el punto de que me parece que les hubiera gustado
que yo me instalara en otra habitación y dejara la mía como una especie de
museo.
– Mama, ya se que lo que nos ha ocurrido es muy serio, por ello creo que
podré adaptarme bien a este lugar, tan solo lo he visto muy poco, creo que
dentro de pocos días descubriré muchas mas cosas, que me permitirán
divertirme bastante.
– Puedes estar seguro de ello hijo.
Las palabras de mi madre sonaron en mis oídos como
convencionales,
aun cuando entonces, yo no tuviera claro ese concepto, sin embargo era
capaz de captarlo de una forma muy confusa. Siempre fui un niño
razonable, por ello acepte los argumentos de mi madre y estuve de acuerdo
con ella en mi valoración de la situación. No sospechaba en aquellos
momentos, que las palabras que acababa de pronunciar iban a ser la mayor
verdad que yo conocería entonces y quizá también ahora.
Después de cenar no volví al antiguo cuarto de juegos, pero sostuve
una animada conversación con mis padres, que no concluyo hasta después
de la medianoche, en que mi madre sentencio, que debíamos irnos a dormir.
– Bienvenido Carlos, soy el coronel de Fort Bravo, estos son mis oficiales, el
comandante Reno, los capitanes Kim y Roger, los tenientes Martin, Espentor,
Azubia y Trazancor. Ellos son mis oficiales y nos ponemos a tu disposición
para ejecutar cuantos juegos tu desees.
– Pero vosotros sois soldaditos de plástico, no podéis hablarme.
– ¡Ja ja ja ja ja! ¿Entonces por que te hablamos?
– No lo se.
– Te contare un secreto, que nadie excepto tu tío conoce.
– ¡Nadie mas que mi tío!
– Bueno lo conocían también tus abuelos, por ello dejaron aquel cuarto, pero
ellos ya sabes que murieron y con ellos el secreto que vas a conocer.
– ¿Cual es ese secreto?
– Tu tío tenia una portentosa imaginación. Tan portentosa, que a nosotros
que
somos simples figuritas de plástico, nos dio vida y, en compensación hicimos
vivir a tu tío aventuras maravillosas.
– ¿Como pudo daros mi tío vida con su imaginación?
– Porque tu tío era un hombre destinado a cambiar el mundo, pero en los
complicados procesos del mundo, se descarto la candidatura de tu tío en
favor de otro mas apto, lo que hizo que esas portentosas facultades de tu tío,
que debían haber ido desarrollándose a lo largo de su vida adulta carecieran
de significado histórico. El resultado fue que tu tío las desarrollo en su
infancia. Luego al crecer esas facultades quedaron aquí olvidadas y somos
nosotros.
– Y, ¿por que habéis venido a verme?
– Porque tu te pareces a tu tío.
– Lo que significa que al igual que el perderé mis facultades, las cuales
quedaran aquí olvidadas.
– Te equivocas Carlos, tu tío abandono esas facultades, porque no le
servían de nada, tu las vas a desarrollar por que para ti serán necesarias en
la vida adulta.
– ¿Para que me serán necesarias?
– Eso es algo que tu sabrás algún día, es algo que tu descubrirás a través de
nuestras aventuras.
– ¿Que aventuras?
– Las que podrás vivir con nosotros.
– ¿Como son dichas aventuras?
– Son aquellas que tu creas mientras juegas con nosotros durante el día y
que
luego vives con nosotros durante la noche.
– ¿Queréis decir que todo lo que yo imagine y haga durante el día, será
hecho
realidad por la noche?
– Pero hoy, no he imaginado nada, no he jugado con vosotros, por tanto no
ocurrirá nada.
– Te equivocas Carlos, nos has visto, has visto nuestro fuerte y al vernos
como los juguetes que usaba tu tío, nos has devuelto la vida, que el nos
concedió y que dejo aquí olvidada. Nos has devuelto todas las aventuras,
que
un día vivimos con tu tío. Si lo deseas podemos vivir esas aventuras y
muchas mas, todas las que tu imagines.
El coronel me tendió la mano, la agarre y de pronto me encontré en
Fort Bravo. Allí estaban los oficiales del coronel, así como la tropa formada.
Vi
como el coronel pasaba revista a las tropas. Después de que el coronel
pasara revista a las tropas, se dirigió a mi.
– Estas listo para tu primera aventura.
– ¡Si, coronel!
– Allí esta tu caballo.
– Pero no se montar
– Súbete, descubrirás que sabes montar.
Todos los soldados montaron en sus caballos, en tanto que yo, lo hice
en el mío. Comprobé que sabia montar. Comenzamos a alejarnos lentamente
del fuerte. Paso un largo tiempo que sin embargo no fue tedioso, sino
divertido, pues a cada paso encontraba plantas, animales y paisajes que me
producían la impresión de algo siempre inesperado y maravilloso. De pronto
llegamos a una pradera casi desértica y siguiendo la misma marcha poco a
poco nos alejamos de todo lo anterior.
De pronto la columna se detuvo, yo mire a mi alrededor y solo vi una
pradera desértica e inmensa. Por primera vez sentí temor y un escalofrío me
recorrió el cuerpo, ante la desierta inmensidad que me rodeaba. Comprendí
que si no fuera por aquellos soldados estaría completamente solo y que poco
importaba cuan lejos fuera con mi caballo o cuan deprisa galopara, no
tendría
forma de salir de aquel lugar. Mire a distancia y vi que el coronel hablaba con
sus oficiales, trate de llamar su atención, pero miraba el otra dirección y
señalaba con el dedo hacia unas extrañas colinas.
– ¡Listos para marchar hacia las colinas de Cerbero!
La voz del coronel había sonado alta y clara, como si algo importante
estuviera a punto de ejecutarse. Vi como el coronel que había alzado
el brazo, en el momento de gritar lo bajaba con brusquedad. En ese
momento toda la columna se lanzo a un rápido galope, cuando quise
darme cuenta, la tropa estaba a una gran distancia y solo se veía una
lejana y tenue nube de polvo que se alejaba rápidamente. Mire
instintivamente
para atrás y vi que unas negras nubes que avanzaban rápidamente envolvían
todo en una terrible oscuridad. al mirar al frente vi aun mas lejana la
caballería
del coronel, me pregunte si mi pequeño caballo seria capaz de correr tanto y
de alcanzarlos. A poca distancia de mi vi caer la sombra que se acercaba
rápidamente. Me lance al galope en la dirección del coronel. No sabia si
podía
alcanzarle, no sabia si la sombra que iba tras de mi me atraparía, pero mi
única esperanza era que mi caballo fuese mas rápido que el de los jinetes
tras los cuales iba.
CAPITULO II: LAS COLINAS DE CERBERO.
Durante mucho tiempo creí que aquella carrera no acabaría nunca,
pues no lograba acercarme a ellos, de modo que mi desesperación fue en
aumento, pero como mi esperanza era el galope de mi pequeño caballo,
tan solo pude aferrarme a este galope pues sabia que fuera del mismo
nada existía que me permitiera escapar de este desierto. A medida que
la luz del día se iba extinguiendo sentí un renovado terror, pues si se hacia
de
noche no podría distinguir hacia donde iría el coronel con sus soldados y me
perdería.
Trate de hacer que mi caballo fuera mas aprisa, pero no conseguía
acercarme, antes al contrario, parecía que cuando trataba de forzar mi
caballo, los caballos de ellos iban mas aprisa. Otro temor me asalto, sentí
que
el caballo hacia un gran esfuerzo cuando lo forzaba. Me acorde de aquellas
películas en donde los caballos eran forzados y morían reventados.
Sobreponiéndome a mi miedo infantil, afloje las riendas y mantuve al caballo
a
un trote equivalente al que el podría resistir durante un largo tiempo. Me dije
a
mi mismo que aun cuando cayera la noche, mi única esperanza era mi
cabello
y que si lo perdía entonces, no podría de ninguna forma volver a encontrar el
coronel. Pude percatarme que al aflojar las riendas e ir un galope mas
sosegado, ellos hacían lo mismo, pues nuestra distancia aunque grande se
mantenía constante. Sin embargo al llegar la noche la nube de polvo se hizo
cada vez mas tenue, perdiéndose entre el cada vez mas oscuro paisaje que
tenia delante. Hice grandes esfuerzos para tratar de localizarla y de seguirlas,
hasta que me di cuenta, de que ya no había ninguna nube delante de mi, que
nada era ya distinguible. Poco despues ni tan siquiera veía apenas lo que
tenia
delante, temí que tropezáramos o cayéramos en algún desnivel, por otro lado
ya no podía seguir galopando tras ellos, so pena de perderme. Detuve mi
caballo y recordé que había seguido sus huellas, aun cuando no me fijara en
las mismas mientras corría en pos de ellos.
Instintivamente me baje del caballo y mire en las alforjas, vi que tenia
los materiales para hacer una antorcha y encenderla, tras mirar a mi caballo
le hable.
– Me has hecho un gran servicio, voy a encender la antorcha y a seguir a pie
las huellas del coronel.
Como si hubiera entendido mis palabras, el caballo sacudió la cabeza
y emitió un relincho que a mi me pareció un si. Cuando termine de preparar
la
antorcha y la encendí, me di cuenta de que la noche se había cerrado
completamente. La débil claridad que me había permitido preparar la
antorcha
fue devorada por la oscuridad. La noche era tan negra, que la oscuridad se
podía palpar, sentía la sensación de que envolvía por completo, de que de la
misma surgían sombras incorpóreas que se acercaban a mi. Pero mi corazón
que latía con fuerza y mi animo excitado, se mantuvieron firmes, mientras yo
que parecía sentir hasta el mas leve rumor, avanzaba lentamente con mi
caballo y las sombras danzaban alrededor del pequeño circulo de luz que
brotaba de mi antorcha. Mi caballo y mi antorcha eran los únicos apoyos en
aquel mar de negrura que se prologaba interminable y que presentía terrible,
pero seguí caminando ahuyentando los fantasmas con la débil luz que me
guiaba.
De pronto vi una fogata y me acerque a la misma despacio, pues a lo
largo de mi camino había visto varios desniveles terribles, al llegar a sus
proximidades, escuche voces.
– Fijaos el chico nos ha alcanzado, tenia razón el coronel, es tan bueno como
su tío.
Me acerque decidido hacia donde estaban los soldados, pero de
pronto
el coronel y el comandante Reno, salieron a mi encuentro.
– Bienvenido Carlos, veo que has hecho honor a tu tío. Sabia que vendrías.
– Quiere decir que ha sido una prueba.
– Si Carlos. Solo si eras capaz de pasar esta prueba, podías vivir las
aventuras de tu tío y aquellas que tu vas a ir creando a lo largo del tiempo
que
estés en esta casa.
Me quede pensativo, no sabia que contestar al coronel y el alcance de
sus palabras se me escapaba, aunque supe que decía la verdad. Me con
condujeron hasta una de las fogatas en donde me sirvieron unas deliciosas
judías
con tocino, que comí con gran deleite. El teniente Trazancor que estaba a mi
lado, fue el primero en hablar, cuando ya estaba casi terminando mi comida.
– El coronel me ha encargado que valla mañana a realizar una patrulla de
exploración, ¿te apetece venir conmigo Carlos?
Me falto tiempo para contestar con un atropellado si. Tras ello el
teniente trazancor me indico el equipo que debía llevar y como prepararlo,
poco después el teniente me indico mi tienda, en donde había una
colchoneta.
Me desnude ligeramente y me tendí en ella, pensando en las excitantes
aventuras del próximo día.
CAPITULO III: LA SORPRESA.
– Vamos Carlos, ya es hora de levantarse.
– ¡Mama!
– Si, soy yo.
Era tal la sorpresa y el desconcierto que se dibujo en mi rostro al
contemplar a mi madre y darme cuenta de que estaba en mi cama, que
esta reacciono de forma mucho mas sorprendida que yo mismo. La situación
era tan absurda para mi madre y tan sorprendente para mi, que me creía
descansando al pie de las colinas de Cerbero, que se produjo una situación
de mutuo extrañamiento, en donde con mirada huidiza cada uno de nosotros,
trato instintivamente de situarse y de saber que se debía hacer. En mi caso
yo
tenia un conocimiento de mi sorpresa e intuía que la sorpresa de mi madre
estaba determinada por mi reacción de sorpresa, que mi madre había
captado
perfectamente. Pero para mi madre esta reacción no tenia sentido alguno,
por
ello agobiada por el peso de una situación absurda e inexplicable, trate de
deshacerla cuanto antes.
– Levántate, que quiero que me acompañes a familiarizarme con los
alrededores…….Date prisa.
Aquellas ultimas palabras, dictadas tras un momento de vacilación por
la escasa consistencia de la petición y la sorpresa que intuyo en mi ante la
misma, debían cortar cualquier continuación de aquella situación absurda,
con
aquel «date prisa».
– Buenos días, papa.
– Buenos días, has dormido bien hijo.
– Si papa. Mama me ha dicho que quiere que la acompañe a conocer los
alrededores.
– Me parece muy bien, pero tu madre debe conocer esos alrededores, por
tanto no creo que necesite recorrerlos, mas bien pienso que desea que tu los
conozcas. Ya que ella tuvo muchos años para conocerlos.
– Sin duda es eso lo que quiso decir mama.
– Eso es precisamente lo que quise decir.
– Bien yo me iré ahora, de forma que si necesitáis algo me llamáis a la
fabrica.
Mi padre era ingeniero, su padre fue peón de albañil; el estudio en
la Escuela Industrial en donde alcanzo la titulación de Maestro Industrial
mientras trabajaba en una fabrica como aprendiz. Después ingreso en la
Escuela de Ingenieros Técnicos Industriales y tras terminar los estudios de
Ingeniería Técnica, hizo el curso puente convirtiéndose en Ingeniero superior.
Su padre fue no solo un obrero interesado por la cultura, sino un militante del
movimiento obrero y mi padre aunque subió en la escala social, jamas fue un
trepador, antes al contrario mantuvo los ideales de su padre y logro que yo
los
comprendiera.
En cuanto a mi madre era hija de una familia de artesanos, que
pudieron prosperar gracias al trabajo y el azar, y compraron esta casa de
campo en donde crecieron ella y su hermano. Mi tío realizo estudios de
economía y se convirtió en un importante hombre de negocios. Nunca se
llevo
muy bien con mi padre, mi madre o mis abuelos, según me dijeron. Por ello
nos veíamos poco. Esta casa la heredo mi madre de mis abuelos, ya que mi
tío por su saneada economía renuncio a ella. Pero nunca nos pasamos por
aquí, hasta que la necesidad nos obligo, quizá debido a que mi madre quedo
profundamente impresionada por la muerte de sus padres en el accidente en
que perdieron la vida y, a que esta casa estuviera llena de recuerdos sobre la
feliz infancia, que ella y su hermano pasaron aquí en compañía de sus
padres.
– Este es el bosque en donde jugamos tu tío y yo.
– Esta cerca las colinas de Cerbero mama.
– Allí en aquella zona, en donde se ve aquel claro, con aquellas elevaciones,
esta lo que tu tío llamaba las colinas de Cerbero.
– Sabes me gusta mucho este lugar.
– A mi también, siempre conserve el recuerdo de este lugar y siempre volvía
al
mismo antes de la muerte de tus abuelos.
– ¿Que es aquella torre lejana, que hay sobre aquel monte?
– Tu tío decía que era la morada del malvado mago Fristo, el cual era
necesario combatir. Mas hacia allá están la Tierra de los indios, en tanto que
hacia allí, en aquel montículo donde se ven los últimos restos de una antigua
fortaleza, mi hermano situaba a Fort Bravo, bajo el mando de su amigo el
coronel.
– Háblame de los soldaditos de plástico de mi tío.
– Por medio de ellos, el creaba verdaderas aventuras, realidades
maravillosas, algo mas que lo que nos cuentan las famosas películas del
Oeste. Para el los indios seguían viviendo en estos lugares, era tan hermoso
participar en sus aventuras que yo abandonaba mis juegos y me sumaba a
los
del
– ¿Por que dejasteis de jugar a los soldaditos de plástico?
– Tu tío era seis años mayor que yo, sus juegos maravillosos duraron hasta
los catorce años. Un día aquello cambio, se enfrento con la dura realidad de
la vida, sin que aparentemente ocurriera nada. Nuestros juegos, yo y mis
padres dejamos de ser el mundo real, aquel en el que el debería vivir y que
debería cambiar y frente al cual de nada servían nuestras inútiles y
maravillosas fantasías. Sin que nadie sepa porque se distancio de nosotros y
solo cuando conocí a tu padre tuve la sensación de recuperar una parte de
aquello que había perdido. Tu padre se parece bastante a tu tío, pero a
diferencia de el no perdió aquello que la mayoría de los adultos pierden
cuando se hacen mayores, por ello le amo y por ello se que jamas dejara de
ser ese adulto verdadero que todos perdemos al separarnos de la infancia y
que nadie logra recuperar, pues no se puede ser verdaderamente hombre o
mujer sin hacer que el niño crezca y que el adulto asuma la infancia del niño.
Espero que cuando crezcas seas como tu padre y no te pierdas en el
camino,
como le paso a mi hermano.
– Cuando mi tío jugaba a los soldados, se traía el fuerte y los soldados fuera,
o lo hacia en su cuarto.
– Si hacia buen día jugábamos al Sol, por otra parte comíamos a menudo en
el campo, de forma que según el escenario así imaginábamos la aventura.
Otras veces lo hacíamos en el cuarto de juegos de tu tío.
Después de pasar un día en el campo regresamos a casa. Mientras mi
madre redactaba libros universitarios de matemáticas y seguía sus
investigaciones en ese campo, yo me dirigí al cuarto de juegos de mi tío, para
jugar con los soldados y hacerme una idea del escenario, de forma que
distribuí a los soldados y a los indios sobre la habitación. Poco después venia
mi madre para que fuera a merendar. Merendamos juntos y pude contemplar
la serie de complicadas formulas matemáticas que había sobre su mesa.
Solo
entonces me di cuenta, de que mi madre poseía una cultura y una
imaginación tan extensa como mi padre, que ejercía un trabajo tan
importante
como este y que gracias a que podía ejercerlo en casa, debido a que estaba
doctorada en matemáticas, podía yo disfrutar de su compañía y tener
además
una persona capaz de responder a todas mis curiosidades y preguntas, así
como de compartir todos los momentos de mi infancia.
– ¡Viene papa!
– Nos levantamos y salimos alborozados al encuentro de aquel hombre que
para ambos era la encarnación de algo, que por primera vez compartíamos.
– Hola, que tal vuestra nuevo día en esta nueva casa.
– ¡Maravilloso!
Tal fue la expresión unánime de ambos. Mi padre nos miro, midiendo
la
expresión de nuestros semblantes, recordó nuestro estado de animo de los
días anteriores y sus palabras fueron el reflejo de que había comprendido lo
que decíamos.
– Esta es vuestra casa, aquí has reencontrado tu infancia y tus felices
recuerdos, en tanto que la sombra del pasado ya no perturba la dicha que se
respira este lugar, mientras que tu has descubierto a una madre que se ha
hecho mujer sin matar a la niña que un día fue.
Si la alegría fue desbordante cuando un instante antes nos
encontramos con mi padre, ahora el beso y el abrazo con que respondimos
mi
madre y yo, fue como si anudáramos lazos irrompibles en torno a aquel
hombre.
– ¿Que tal te ha ido a ti papa?
– Como siempre, lo cierto es que afortunadamente nos mantenemos y como
somos una cooperativa no estamos al servicio de buitres que midan a la
décima la tasa de ganancia.
Aquella noche al acostarme sentí y palpe el cariño de mis padres al
arrullarme en mi cama, así como percibí mientras se alejaban el amor, la
madurez y la sinceridad de aquella pareja, a la que sabia que habría amado,
aun cuando no fuesen mis padres.
CAPITULO IV: LA NUEVA HISTORIA DEL OESTE.
– Vamos Carlos, ya es la hora tienes que salir de patrulla con el teniente
trazancor.
– ¿Quien eres tu?
– Soy el soldado Ringo, trompeta del regimiento y voy a acompañar al
teniente trazancor en la misión. Veo que tu equipo esta listo, vamos a salir
dentro de muy poco.
Comprendí, que continuaba la aventura con los soldados de plástico,
así que me levante aprisa, pues después de un día maravilloso con mis
padres, me sentía fascinado por vivir una aventura maravillosa en el Oeste,
con los soldados de mi amigo el coronel.
– Buenos días Carlos.
– Buenos días teniente.
– Acércate -dijo el coronel-, aquí esta tu desayuno.
– Has pasado una buena noche.
– Si coronel, he pasado una buena noche.
– Me alegro, la aventura que os espera exige haber dormido bien. Vais
a atravesar las colinas de Cerbero y avanzareis hasta las verdes praderas, al
objeto de que averigües la ruta de los búfalos y lleguéis al valle de los
Tramperos.
Tras el desayuno montamos a caballo y a una orden del teniente
trazancor iniciamos la marcha. Poco después llegamos a las colinas,
comenzamos a subir y al llegar a la cima de las mismas, un maravilloso
paisaje se alzo ante mis ojos. Jamas había visto nada tan increíble, pues los
bosques y montes de los parajes que rodeaban mi casa me parecieron
pequeños e insignificantes ante la majestuosa grandeza de aquella
naturaleza que se manifestaba ante mis ojos y que iba mas allá de todo lo
que mi vista podía alcanzar y de lo que mi imaginación podía concebir.
– Esta es la Tierra de los búfalos y de las verdes praderas, siente la tierra
bajo
tus pies y el cielo sobre tu cabeza, mientras los limites de tu imaginación se
materializan a cada paso. Por estas praderas cabalgo conmigo tu tío muchas
veces. El las ha olvidado, pero se que tu no las olvidaras jamas.
Descendimos hacia el valle donde pastaba una manada de caballos
salvajes; mientras cabalgábamos vi a lo lejos un rebaño de bisontes que
cruzaba la pradera mientras los indios se dedicaban a la caza de los mismos.
Nosotros continuamos en otra dirección, por lo que supuse que el teniente no
tenia intención de ir hacia donde estaban los bisontes y tenia la misión de
evitar a los indios.
– Teniente, si no me equivoco teníamos que averiguar la ruta de los búfalos e
ir al Valle de los tramperos.
– Así es Carlos, esa es nuestra misión.
– Pero entonces nos alejamos de los búfalos que hemos visto.
– Esos búfalos son uno de los primeros rebaños que han llegado, lo que nos
interesa no son los rebaños que llegan al valle, sino la ruta que siguen los
mismos.
– ¿Que haremos en el Valle de los Tramperos?
– Después de averiguar cual es la ruta que siguen este año los búfalos,
deberemos ir al Valle de los Tramperos para establecer las cuotas de caza
asignadas y evaluar la estrategia de caza a seguir. Esta es una de las mas
importante misiones del ejercito, ya que gracias a ello se preserva la caza y
se evitan rivalidades inútiles, al tiempo que se mantiene la paz y la buena
armonía entre todos los habitantes del Valle. El Valle de los Tramperos es un
pequeño valle que existe dentro de este gran valle.
Seguimos por una ruta bordeada de arboles, mientras los cascos de
nuestros caballos pisaban la blanda hierba y diversos arroyos discurrían
caudalosos y próximos. De pronto a lo lejos divisamos un grupo de jinetes,
que
se acercaron al galope. Al aproximarse pude ver que eran indios,
inmediatamente pense que íbamos a entrar en combate, instintivamente
toque
las armas de mi equipo y trate de hacerme a la idea de que iba a tener que
luchar por mi vida y mi cabellera frente a feroces indios salvajes.
– Mano Amarilla, Caballo Loco y Toro Sentado vienen a darnos la bienvenida.
– Pero teniente esos indios son los mayores enemigos de la caballería, como
pueden venir a darnos la bienvenida.
– Carlos esto no es lo que fue, sino lo que debió haber sido. Recuerda que tu
tío, tenia la misión de cambiar el mundo, por ello pudo dar la vida a sus
soldados de plástico por medio de su imaginación y hacer que lo que debió
haber sido llegase a ser.
– Bienvenidos os saludo en nombre del coronel.
– Nosotros también te saludamos -dijo Toro sentado, que se fijo en Carlos-.
– No es necesario que nos presentes, sabemos quien es -dijo Mano Amarilla.
– Yo Caballo Loco, cabalgue muchas veces con tu tío y hablamos de muchas
cosas.
– ¿De que cosas hablabais Caballo Loco?
– De todo lo que hay sobre la Tierra y bajo el cielo.
Mientras Caballo Loco hablaba me fije en el, en los jefes indios y en
cuantos les acompañaban, recordé al coronel y a sus oficiales, me fije en
Trazancor y en los soldados de la patrulla y vi que cada uno de ellos poseía
algo, que solo da la limpia grandeza de un hombre, cuando se hace adulto
sin
dejar morir la raiz infantil de donde brota lo que es verdadero, cuando el
hombre en lugar de asesinar al niño que lleva dentro lo convierte en adulto.
Entonces supe cual era la terrible falta de mi tío.
– Caballo Loco habla en nombre de sus hermanos y quiere invitar a sus
amigos Carlos, el teniente Trazancor y su patrulla al poblado de los Siux.
Tanto yo como Trazancor asentimos con la cabeza y fuimos entonces
hacia el poblado indio, que ocupaba una inmensa llanura. Allí se habían
reunido todas las tribus de la nación Siux, para celebrar la llegada del búfalo
y
tomar aquello que ellos necesitaban y que el Gran Espíritu de la Naturaleza
les ofrecía, en esta estación gozosa.
Al llegar al poblado vimos a muchos hombres, así como a una gran
cantidad de mujeres y niños que nos saludaban amistosamente. Me
parecieron mas libres, mas bellos y mas altivos que me habían parecido
nunca aquellos seres humanos, en todas las películas que había visto, así
como en todas las historias que había leído. Podría hablar de la sabiduría y
rectitud de los grandes jefes, de la majestuosa dignidad de su mujeres, de la
alegría incontenible y contagiosa de sus niños, de los que muchas veces fuy
compañero de juego, de la serenidad y fortaleza interior de aquellos
hombres,
del profundo conocimiento de la naturaleza que tenían todos, así como de la
incuestionable sabiduría de sus hechiceros, de las infinitas aventuras que
corrí a lo largo de aquellas tierras, pero todo ello seria un mosaico de
emociones que no dirían demasiado sobre aquel mundo desconocido que
abrieron para mi los soldados de plástico de mi tío. Sin embargo si que voy a
hablar de la conversación que tuve con el mas sabio de los sabios.
– Carlos es la primera vez que yo Zorro Rojo hablo contigo, en muchos
aspectos eres como tu tío, pero posees algo que el no llego a alcanzar. El
niño posee imaginación y poder para penetrar mas allá de los
condicionamientos que limitan a los mayores, pero esta es una sabiduría
emocional que se pierde con el paso de los años, frágil como una mirada,
que
muere con un suave parpadeo y tras la cual solo queda ya otra mirada y no a
la anterior, que murió con el parpadeo que dio nacimiento a la nueva. Sin
embargo tu posees la sabiduría del hombre que asume la totalidad de su
existencia en tu limpia conciencia de niño. Se que muchos a lo largo de tu
existencia trataran por diferentes medios de destruir ese tesoro que muy
pocos poseen, pero también se que el niño que eres jamas morirá, sino que
tan solo se hará adulto. ¿Has iodo hablar de Piter Pan?
– Si, creo que es un cuento.
– Es mucho peor que eso, es el asesinato de la potencia humana que
contiene
el niño, en el momento de hacerse adulto.
– No lo entiendo Zorro Rojo.
– Los niños que no quieren crecer y que van al País de Nunca Jamas,
aquellos a quienes se llama los niños perdidos, son los niños desterrados por
aquellos hombres y mujeres, para los cuales hacerse adultos es asesinar la
potencia humana que el niño representa. Ese es el País de Nunca Jamas,
donde la flor de la conciencia humana vegeta tras ser asesinada y perdida
por
quienes un día la poseyeron.
– ¿Es este el País de Nunca Jamas?
– Si este es el País de Nunca Jamas, aquel donde quedo olvidado aquello
que
un día fue tu tío.
– Zorro Rojo, muchas veces he venido al País de nunca Jamas, he jugado y
me he divertido, he hablado con mis padres y siempre he obtenido su
comprensión, por ello quiero acerté una pregunta.
– Habla Carlos.
– Nuestra conversación es distinta de otras muchas que hemos tenido,
al mismo tiempo no noto que mis padres se hayan olvidado algo en el
País de Nunca Jamas.
– Es cierto Carlos, esta conversación es distinta, porque el País de
Nunca Jamas no existe como tal, eres tu mismo, en cuanto a tus padres
jamas dejaron de ser ellos mismos al convertirse en adultos, por ello su
esencia humana no se perdió en el País de Nunca Jamas, ellos no
pertenecen a los niños perdidos que un día dejaron de ser humanos para
convertirse en seudohombres o seudomujeres. Todo el inmenso mundo que
los soldados de plástico te han enseñado están en ti y viven en ti. Tu esencia
humana es inseparable de ti mismo y no ocurrirá la tragedia de tu tío, que al
convertirse en adulto dio nacimiento a un niño perdido e impidió que un niño
se convirtiera en hombre. Cuando tu madre se hizo adulta, la niña que ella
era
se convirtió en mujer, lo mismo paso con tu padre cuyo niño en lugar de
perderse se hizo adulto. Yo Zorro Rojo soy tu mismo, soy la sabiduría que
has
sabido potenciar y que conservaras mientras vivas.
EL DRAGÓN DEL ESTRÉS.
Erase una vez una ciudad feliz, en donde todo el mundo se tomaba el
tiempo que necesitaba para hacer las cosas. Donde todo se hacia bien
hecho y a conciencia. Las gentes Jamas sufrían la angustia de las presiones
exageradas, pues vivían apaciblemente y se saludaban por la calle
amablemente, tomándose el tiempo necesario para cada cosa, saboreando
la pequeña pausa que da el orgullo de las cosas bien hechas. Los grandes
proyectos se realizaban con tiempo y a tiempo, pues aun no habían
aparecido los expertos en eficacia, los ejecutivos de la competitividad ni los
políticos de la postmodernidad.
Cuando se construían los edificios, se pensaba en el entorno del
paisaje en la armonía ambiental de quienes vivían en las casas, al tiempo
que los edificios y la infraestructura de las viviendas y barrios estaban
hechas de modo que durasen lo mas posible, siendo relativamente fácil
introducir las mejoras que fueran necesarias, pues los proyectistas como en
todas las sociedades donde el tiempo se administra sin avaricia llegaban
siempre a tiempo y preveían al máximo. Al contrario de los que
contabilizando el tiempo para ahorrar el máximo, cuando han terminado y
están calculando el tiempo ahorrado, descubren que se han olvidado algo,
que no han previsto algo y que para solucionar eso necesitan un suplemento
de tiempo, que heme
aquí excede del tiempo ahorrado. Pero como personas muy eficientes y
competitivas que son, cada vez que les ocurre eso se lo toman muy en serio
y dedican grandes suplementos de tiempo. para estudiar métodos que
permitan ahorrar mas tiempo en la elaboración y ejecución de los proyectos.
Y son tan eficientes que jamas se dan por vencidos, pues cada vez que se
olvidan de las cosas o que no prevén algo, deciden ahorrar mas tiempo en la
elaboración y ejecución de los proyectos, con el muy loable propósito de
poder dedicar tiempo a corregir los errores cometidos por la escasez de
tiempo dedicada a la elaboración y ejecución de los proyectos.
Jamas se construía una casa que fuera a crear un entorno hostil, o
que quebrara la armonía y todos los ciudadanos estaban imbuidos de la
importancia de no tirar papeles y basura al suelo, hacer ruidos desagradables
que pudieran molestar a los vecinos y ser corteses y educados con sus
parientes, amigos, conocidos, vecinos y todos aquellos con quienes se
encontraban en la ciudad.
Todas las fabricas y todos los desagües tenían aparatos depuradores,
de forma que las aguas residuales de la industria y las viviendas, eran
devueltas tan puras y cristalinas como se habían recogido de la naturaleza,
de modo que los humanos a esta lo mismo que recogían; estando la
tecnología basada en el mantenimiento de una relación armónica entre la
sociedad y la naturaleza.
La ciudad al mismo tiempo mantenía la plena armonía entre sus
habitantes, que se sentían satisfechos y felices de su ciudad, ya que ellos
decidían sobre el destino de la misma y participaban de todas las decisiones
que afectaban a sus vidas como ciudadanos, ya fuera a nivel económico o
político. En la ciudad existía una verdadera y plena democracia, en donde
todos participaban en pie de igualdad. Los hombres no sentían ninguna
prepotencia sobre las mujeres, al tiempo que tampoco existía un esquema
preestablecido sobre la asignación de las tareas domesticas, las cuales
podían ser indistintamente desarrolladas por uno u otro sexo. Jamas ningún
hombre se sentía ofendido por la nimiedad de que en una reunión mixta,
alguien emplease la palabra nosotras, como tampoco las mujeres cuando se
empleaba la palabra nosotros; nadie se sentía extraño ante el hecho de que
un chico jugase con muñecas, o de que una chica dijera que los juegos de
muñecas le aburrían. Nadie hablaba de juegos de niños o de niñas, tan solo
se hablaba de juegos de gente menuda.
Así era esta ciudad feliz, donde la libertad, la igualdad y la armonía
entre las gentes era perfecta. Hasta que el Dragón del Estrés, poderoso y
tiránico monarca, que se jactaba de poseer un imperio mundial mas grande
que los mas grandes que habían habido, se dio cuenta de que la Ciudad
Feliz, no estaba sometida a sus dominios.
Iracundo lanzo lenguas de fuego abrasador, llamando a una reunión
urgente de su consejo de administración. Los mas dinámicos, expertos,
eficaces, agresivos y competitivos de sus ejecutivos fueron convocados a
este consejo de emergencia.
Poniéndose en pie dando puñetazos sobre la mesa y lanzando fuego
por las fauces, haciendo temblar a sus valerosos ejecutivos, hablaba el
Dragón del Estrés expresando lo inaudito lo terrible del hecho, de que
pudiera existir una ciudad feliz, que no solo no estaba sometida al Imperio de
Estrés, sino que además no pagaba intereses por capitales prestados por el
Imperio del Estrés, ni mantenía relaciones comerciales con el Imperio del
Estrés. ¡Intolerable! – bramaba el Dragón del Estrés -.
Sus ejecutivos temblando de miedo no se atrevían a replicarle, pues
conocían su terrible ira, sabiendo que podría despedirles fulminantemente si
osaban replicarle. Con lo cual perderían el prestigio de trabajar para el mas
grande y poderoso de los señores del estrés, con respecto al cual todos los
grandes y poderosos señores del estrés estaban en una situación de
dependencia comercial, financiera o industrial. Al tiempo que por incurrir en
su ira muy probablemente se verían el dificultades insuperables, pues todos
los señores del estrés se negarían a emplear a un ejecutivo despedido por el
dragón del estrés, por temor a incurrir en su enemistad; con lo que se verían
condenados a trabajar en puestos muy poco importantes, o a no poder
alcanzar jamas la posición de señores del estrés, como les ocurría a los
ejecutivos mas afortunados.
En el Imperio del Dragón del Estrés, las ciudades y los estados se
regían por la democracia representativa, pero al mismo tiempo los gobiernos
y parlamentos de las ciudades, territorios políticos y los estados, que se
decían soberanos e independientes, representantes de la voluntad popular,
estaban totalmente sometidos a los señores del estrés, convirtiéndose en la
expresión abstractamente despersonalizada del poder del estrés.
Pero había una ciudad Feliz, donde el poder del estrés no había
avasallado las conciencias, convertido el tiempo humano en valor de cambio,
aniquilando la tranquilidad de las gentes y acabado con la armonía entre la
sociedad humana y la naturaleza. Una ciudad donde la ciencia y la técnica
estaba al servicio de las necesidades humanas y no al servicio del poder
del poder del estrés.
Por ello el mas grande y todopoderoso señor del estrés, El Dragón del
Estrés, no podía consentir que aquella ciudad siguiera libre y soberana, era
necesario que fuera sometida al poder del estrés. Sin embargo el Dragón del
Estrés pese a toda su ira y su soberbia, capto a través de los silencios y de
los temores de sus subordinados a hablar, que hasta entonces la Ciudad
Feliz, había sido una ciudadela inexpugnable al asalto de los ejércitos del
estrés. Por ello mientras pedía explicaciones hizo menguar sus lenguas de
fuego, preguntando iracundo si alguien sabia un plan para poner fin a esta
situación intolerable.
Entonces uno de los ejecutivos mas ambiciosos, a quien el Dragón del
Estrés había venido observando desde hacia algunos años, teniendo un
brillante curriculum al servicio de del mas poderoso de los señores del estrés,
adivinando el pensamiento del poderoso Dragón del Estrés, dijo: Gran
Dragón del Estrés, yo tengo un plan para someter a la Ciudad Feliz al
Imperio del Dragón del estrés.
– ¡Bravo valiente muchacho! Este es el espíritu de los ejecutivos del Dragón
del Estrés. Dime valiente muchacho, cual es ese plan que rendirá la
ciudadela enemiga a los ejércitos del Dragón del Estrés.
– Sugiero que en lugar de pretender venderles las mercancías, se las
regalemos, que les creemos necesidades, estudiemos las cosas que podrían
tener y que no tienen, la parte del tiempo que pierden en cosas inútiles y que
podrían aprovechar para poder producir las cosas que necesitan para vender
de una manera competitiva los productos con los cuales obtener unas
relaciones mercantiles, que les permitan adquirir los nuestros. Así poco a
poco iríamos integrando todo su tiempo en el nuestro y finalmente todos
formarían parte del imperio del estrés. Si estimulamos la necesidad de
consumir cosas que solo nosotros podemos proporcionarles, de forma
gratuita en principio, de forma que una vez que se acostumbren, tenga
necesidad de estas cosas, con lo cual una vez creada la necesidad inicial,
tendrán que integrarse dentro del Imperio del Estrés para poder satisfacer
esas nuevas necesidades. Entonces serán los habitantes de la Ciudad Feliz
quienes nos ofrezcan las llaves de la misma.
El Dragón del Estrés miro ceñudamente al joven ejecutivo que
acababa de hablar, guardando un silencio amenazador. Los otros ejecutivos
que veían a este como un peligroso competidor capaz de convertirse en el
lugarteniente del Dragón del Estrés, se frotaron las manos mentalmente y
para demostrar la rastrera y servil fidelidad a su todopoderoso señor,
decidieron pisotear al favorito que acababa de caer en desgracia por su
infinita audacia, al pretender tener un plan antes de que fuera sugerido por el
todopoderoso Dragón del Estrés, como señor que monopolizaba el dinero, la
política, la cultura, la información, el conocimiento y la sabiduría.
– ¡Inaudito! !Pretender regalar las mercancías! ¡Vende gratis nuestros
importantes servicios como asesores! !Dar facilidades sin limite a la Ciudad
Feliz! ¡Si quieren vivir como nosotros, que hagan lo mismo o que se
aguanten!
– ¡Silencio imbéciles! ¡Pelotilleros! ¡Solo servís para decir que si a todo! !Lo
que ha propuesto es un plan genial!
– !Es cierto! ! Como no nos habíamos dado cuenta! ¡Viva el Gran Dragón del
Estrés!
– ¡ Ahora escuchadme bien!, vasallos del Gran Dragón del Estrés, voy a
hablar en privado con el único de mis ejecutivos que se gana lo que la pago,
en tanto que vosotros os retirareis a cotorrear al pasillo, hasta que yo, vuestro
señor decida llamarós. ¡A! una cosa mas, cotorrear en voz baja. Ya podéis
largaros.
Con serviles cortesías salen al pasillo los ejecutivos del Dragón del
Estrés, que deben pasar delante del mismo, el cual les contesta
despreciativamente.
Tras una larga conversación los ejecutivos del Dragón del Estrés son
llamados a la sala, en donde este en presencia de todos nombra al ejecutivo
que ha sugerido el plan lugarteniente de si mismo con plena y absoluta
autoridad sobre la totalidad de los vicepresidentes ejecutivos del Imperio
Dragón del Estrés. El nuevo lugarteniente asigna despóticamente los
cometidos a los ejecutivos, que servilmente humillados por la decisión del
Dragón del Estrés, aceptan con una sonrisa en los labios las despóticas
instrucciones del lugarteniente del gran jefe, a quien le dan a entender con
palabras gestos y actitudes, que están incondicionalmente a su disposición.
El Dragón del Estrés contempla satisfecho el espectáculo, al tiempo que
dirigiéndose a su lugarteniente le dice: En la democrática y libre sociedad
del estrés todos los hombres y mujeres iguales, en servilismo a lo que dicta la
augusta voluntad del los señores del estrés y del mismo modo todas las
instituciones y poderes se someten libre y democráticamente a la voluntad
colectivamente despersonalizada de los señores del estrés, expresada
servilmente de forma mayoritaria a través del sufragio universal, que
constituye la mas alta expresión de los derechos humanos. Que tan solo la
economía de mercado como fundamento del estrés puede garantizar
plenamente.
– ¡Que gran sabiduría! !Que elocuencia! ¡Que espíritu tan democrático ! ¡
Que maravillosa manera de realizar los derechos humanos! ¡demostrando
que solo la economía de mercado puede garantizarlos! ¡Viva el gran y
excelso Dragón del Estrés! ¡Viva la democracia y la libertad del estrés !
¡Abajo los enemigos del poder del Estrés!
De esta forma una gran embajada del Imperio del Imperio del Dragón
del Estrés se dirige a la Ciudad Feliz, portando regalos y saludos a la
maravillosa Ciudad Feliz. Junto a la embajada va un gran numero asesores,
cuya misión oficial es enseñar a los habitantes de la Ciudad Feliz a manejar
los regalos que les traen.
Para poder de esta forma dominar de una manera sigilosa a los
habitantes de la Ciudad Feliz., los cuáles serán así encanados a la
sociedad de consumo, el arma mas terrible del Dragón del Estrés, para
someter implacablemente a las gentes al poder del mismo.
En esta primera etapa los habitantes de la Ciudad Feliz, les reciben
cortésmente, sorprendidos agradablemente por la amabilidad de sus vecinos,
que hasta la fecha se habían comportado descortésmente con ellos, como si
en verdad no existieran, en tanto que ahora parecen haber abandonado la
locura del mercantilismo y quieren aprender de las gentes de la Ciudad Feliz,
llevándoles los únicos regalos y cosas de que disponen. Poniendo a
disposición de los habitantes de la Ciudad Feliz los técnicos y asesores, para
que puedan aprender a manejar y utilizar los regalos, así como a que
actividades dedicarlos preferentemente.
Los habitantes de la Ciudad Feliz, no caben en si de gozo, pensando
que las gentes sometidas al Imperio del Estrés, han cambiado y desean ser
sus amigos, cuando en verdad tienen el siniestro plan de destruir su modo de
vivir y de someterlos a todos al dominio del Imperio del Estrés.
Encadenándolos por medio de la sociedad de consumo.
Así poco a poco los técnicos y asesores van haciendo que los
habitantes de la Ciudad Feliz apliquen los regalos a los sectores y las
actividades que ellos consideran que son los mas convenientes para iniciar el
dominio de la Ciudad Feliz. De esta forma tienden en un principio a regalarle
aquellos artículos de consumo que ellos necesitan pero que fabrican dentro
de su ciudad, mostrandolés otros artículos de consumo que ellos podrían
fabricar con mayor calidad, así como en mayor cantidad, con lo cual se
beneficiarian todos. Así poco a poco, van suprimiendo los sectores menos
competitivos y el aparato productivo va cayendo bajo la dependencia de las
relaciones mercantiles del Imperio del Estrés.
Los mitos de Imperio del Estrés, la habilidad los expertos en estudios
de mercado y de imagen, van minando a los habitantes de la Ciudad Feliz,
que se dejan seducir por los tentáculos de la sociedad de consumo.
Todo va ocurriendo imperceptiblemente, hasta que un día se dan
cuenta de que han dejado de ser la Ciudad Feliz , que están bajo la tiranía
directa del Dragón del Estrés, el cual les gobierna como amo y señor.
Entonces deciden reaccionar oponerse a este dominio todo inútil, la totalidad
de la vida social económica y política esta dominada por el Dragón del
Estrés, que afirma su poder hablando del progreso, del bienestar, de la
competitividad y de la economía de mercado, frente a las utopías que
pretenden sustituir el
orden del estrés, que es el mejor de los ordenes
Así poco a poco la Ciudad Feliz, se va transformando en la Ciudad
Infeliz, como ocurre en todo el imperio del Estrés. Las ciudades en donde
reinaba la igualdad y el orden, se convierten en verdaderas selvas de
asfalto, donde predomina la ley del mas fuerte. Las mujeres aunque
reconocidas igual que los hombres, se ven reducidas a puestos secundarios
y encerradas en la actividad domestica. Las violaciones los malos tratos a las
mujeres a por unos hombres encerrados en la jerarquía social del
particularismo de la propiedad privada, que compensan sus frustraciones y
alienaciones sociales proyectándolas sobre las mujeres bajo la forma de
acosos sexuales en los trabajos, discriminaciones y humillaciones en los
diversos ambitos, se transforman en una actividad cotidiana, a la que las
feministas mas empeñadas en enfrentar a las mujeres con los hombres, que
en poner fin a la causa de todo ello que es el orden del estrés, no logran
poner remedio, porque tan solo aspiran alcanzar la igualado con el hombre
en dentro del orden del estrés.
La miseria el paro, el trabajo negro, la delincuencia, que no existían
en la Ciudad Feliz, son ahora una realidad, para combatir a la cual se han
creado leyes que antes no existían porque todo el mundo sabia lo que tenia
que hacer; se han creado tribunales para aplicar las leyes y resolver las
situaciones conflictivas , que antes no se producían porque el modo de vida
de los ciudadanos hacia que nadie necesitara crear situaciones conf1ictivas,
ya que todo el mundo sabia lo que tenia que hacer; se ha n creado cárceles
para castigar y mantener a raya a los delincuentes, que antes no existían
porque nadie tenia necesidad de delinquir, ni había nada que causara
delincuencia y delincuentes; ahora se hacen planes para combatir la miseria,
el paro, el trabajo negro. Cosas que entes no existían. Ahora los gobiernos y
los parlamentos trabajan para garantizar el imperio de la ley, la paz, la
libertad y la justicia, que ahora son quebrantadas y burladas constantemente,
mientras que antes existían sin necesidad de leyes, jueces, tribunales,
parlamentos y gobiernos, todos los pretenden combatir los efectos negativos
causados por el Imperio del Estrés. Pero todos ellos son estériles e
impotentes en su tarea todos ellos tienen por encima de todo la función de
defender y de garantizar el orden del Imperio del Estrés, limitándose tan solo
a combatir y controlar los efectos negativos del orden del Imperio del Estrés.,
para impedir que los mismos atenten contra la seguridad de lo señores del
estrés.
Así los habitantes de la Ciudad Feliz, que antes disponían de tiempo
para leer, sentir la naturaleza, la paz, el amor, la amistad, ahora se ven
mediatizados en sus mas profundas realidades humanas por una sociedad
de consumo que como una drogadicción atenaza sus conciencias, domina
sus vidas y pensamientos, convirtiendolos en robots programados, que tan
solo se mueven en función de lo que dictan los señores del estrés.
Incapaces de encontrar el sosiego para realizar sus mas profundas
aspiraciones humanas, en la supercompetitiva, igualitaria y mercantil
sociedad, habitantes de la Ciudad Infeliz, comienzan a considerar si hubo
alguna vez una Ciudad Feliz y si es posible escapar a la prisión de la
sociedad de consumo que ha convertido la libertad de consumir en la tiranía
del consumismo, que hace que hasta lo mas recóndito de la conciencia
humana este sometido al poder omnipotente del Dragón del Estrés.
En la Ciudad Infeliz había una valerosa mujer, llamada Natividad, la
cual recordaba los tiempos felices, de la ya sepultada Ciudad Feliz. Esta
mujer a la que la mayoría aplastante de quienes la conocían llamaban Nati,
trabajaba en una tiránica y despótica empresa, cuyos ejecutivos como fieles
servidores del Dragón del Estrés, parecían hijos de la incongruencia y la
estupidez. El Gran Jefe era un energúmeno de casi un metro y noventa
centímetros, que como todos los señores del Estrés, trataba de parecerse al
Dragón del Estrés, al que todos los señores del Estrés admiraban y
envidiaban. Este señor feudal del Estrés, que en cierta ocasión contó los
segundos que había estado llamando a la empresa, preguntando
groseramente si su secretaria se estaba tocando la vagina, al tiempo que
decía gritando en lenguas de fuego como el propio Dragón del Estrés, que si
no servían las telefonistas, que las echaran a la calle. Este insigne señor tan
solo tenia el mérito de ser hijo de su padre, de forma que incapaz de hacer
otra cosa se limitaba a alardear despóticamente de su papel de epígono del
Gran Señor del Estrés.
La mayoría de los jefes y jefecillos de esta empresa que era filial de
otra situada en el vecino país, como reflejo de la saludable y razonable
capacidad que implicaba el Imperio del Estrés, actuaban con una mezcla de
incongruencia y pasotismo, llevada hasta sus últimos extremos, que hacia
que Natividad se preguntara, si se trataba de una importante multinacional o
un manicomio con pretensiones de ser una empresa.
Los personajes eran de lo mas pintoresco, desde un jefe de personal
que había ascendido pisoteando a todo el mundo, que aprovechaba las
vacaciones de Semana Santa para realizar con años de antelación la
declaración de renta, pasando por otro jefe soltero que realizaba una gran
cantidad de defraudaciones a hacienda, metiendo a su madre en una serie
de líos haciéndole firmar multitud de documentos y recibiendo de vez en
cuando algún que otro palo de hacienda. Había además una secretaria de
dirección que pasaba por todo un conjunto de humillaciones, debido a que su
gandulería hacia que la asustase trabajar. En aquel lugar tan solo tenia una
verdadera amiga con quien se llevaba bien, y a quien verdaderamente podía
hablar como si fuera ella misma. Hasta que esta amiga sucumbiendo ante el
poder del Estrés, rompió un día con ella dando una ridícula excusa.
Natividad que sufría los efectos del orden del Dragón del Estrés,
decidió un día que no dejaría que el Dragón del Estrés siguiera convirtiendo
su vida en una agonía, por ello un día se revistió con la armadura de la
guerra contra el Estrés, iniciando una lucha contra el terrible y poderoso
Dragón del Estrés, el cual a partir de entonces comenzó a retroceder,
recibiendo golpes cada vez mas terribles.
Hasta que un día Natividad montada sobre el blanco caballo de la
felicidad, protegida por la armadura de la firmeza, ciñendo la espada de la
verdad, llevando en la siniestra el escudo de la razón y en la diestra la lanza
de la victoria. Arremetió impetuosamente contra el Dragón del Estrés
derribándolo de su caballo, tras lo cual protegiéndose con el escudo de su
llamarada voraz, traspaso su corazón con la lanza, hecho lo cual echo pie a
tierra y protegiéndose de sus llamaradas agónicas con el escudo, mientras
empuñaba la espada, se sitúo en la posición justa y a la distancia adecuada
para descargarle un tajo de espada que corto la cabeza del Dragón del
Estrés. Con lo cual la posibilidad de la regeneración desaparecia y el Dragón
del Estrés estaba ya definitivamente muerto. Entonces arranco la lanza del
corazón del Dragón y clavando la cabeza del dragón en la misma, monto a
caballo portando como trofeo de guerra y señal se su absoluta victoria la
cabeza cercenada del Dragón del Estrés.
Entro galopando en la Ciudad Infeliz, poniendo en fuga a los ejércitos
del Dragón del Estrés, cuando vieron la muerta cabeza del mismo clavada en
la lanza de la victoria y portada como trofeo de guerra. Entonces los hombres
y mujeres dominados por el Imperio del Estrés rechazaron este dominio y la
Ciudad Infeliz se convirtió en la Ciudad Feliz.
En todo el mundo corrió la noticia de la gran victoria de la valerosa
Natividad, que hizo que todas las ciudades y todas las gentes del mundo se
levantaran contra la tiranía del Estrés, desapareciendo las leyes, las
fronteras, los estados, los policías, los ejércitos, la alienación generada por la
miseria, de forma que desde entonces de cada cual se obtenía según su
capacidad y cada cual recibía según su necesidad, con lo que la libertad sin
el libertinaje de la alienación ejercida por los dominadores, la paz y el orden
sin la imposición del terror de los señores del Estrés, se hicieron una realidad
universal para toda la humanidad.
De modo que la ultima victoria del Dragón del Estrés, se convirtió
gracias a la valerosa Natividad, en el triunfo de la verdadera libertad y de la
verdadera paz. Entonces algunos preguntaron si la Ciudad Feliz había
existido o solo era una idealización de un pasado, un pasado donde había
una esperanza que el Dragón del Estrés había marchitado al proclamar el fin
de la historia, negando la única alternativa real a su infrahumano orden. La
respuesta de todos fue, aunque la Ciudad feliz no existiera al ser corrompida
poco después de haber nacido, su fuerza estaba en la esperanza de una
alternativa frente al orden del Estrés, de forma que cuando los corruptores de
la Ciudad Feliz destruyeron desde dentro la esencia de la misma, creyendo
que había borrado por completo a la misma, descubrieron que la Ciudad
Feliz que ellos trataron de convertir en utopía, para mejor servir al Gran señor
del Estrés, era una necesidad histórica ineludible, que jamas podrían superar
y de la que ellos tan solo eran algo que merecía perecer. Así murió el Gran
Dragón del Estrés y la Ciudad Feliz renaciendo de su cenizas se agrando
hasta alcanzar las dimensiones de todo el planeta Tierra.
EL CRISTO DEL RETRETE
Era un retrete de una antigua casa situada en el Valle de Hebron, en
el mismo había un hombre sentado. Después de un largo día había vuelto a
casa y tras cenar alrededor de la nueve de la noche, tal y como tenia
costumbre había ido a defecar, tal y como tenia por costumbre, desde hacia
muchos años. Aquel era el instante mas intimo y recogido del día, pues
estaba al otro extremo de las zonas de la casa en donde la familia solía
hacer la vida. Siempre había sentido una inmensa tranquilidad mientras los
restos inasimilables de los alimentos que le había concedido la divina gracia
de Dios, se deslizaban suavemente abandonando su cuerpo y caían sobre
las aguas estancadas de la taza donde reposaba su cuerpo, al tiempo que su
espíritu liberado de las tensiones del día parecía flotar en un éxtasis casi
místico, que el no se atrevía conscientemente a identificar como tal por temor
a ofender al altísimo con su irreverencia, ya que era un devoto católico
practicante y temeroso de Dios.
Pero aquel día sintió una paz verdaderamente celestial, se sintió
transportado entre nubes, mientras las paredes de su cuarto de baño se
desvanecían en una extraña niebla y una luz difusa que llenaba de paz su
animo y de gozo su espíritu parecía invadir su retrete, haciendo que se
sintiera flotar sobre las celestiales regiones del espíritu. ¡Dios mío que feliz
me siento en este lugar de paz y de reposo, mientras libero a mi cuerpo de
sus miserias y mi alma vuela hacia ti señor!
– Tobías hijo mío, flor y nata de los que viven en mi y por mi nombre.
– Señor eres tu, que vienes a sorprender a tu siervo en el pecado de
irreverencia hacia ti.
– Nada temas Tobías y aleja de tu mente cualquier temor de irreverencia
hacia mi divina persona.
– Señor soy un gran pecador, cuyo orgullo le lleva a pensar que cuando
limpia su cuerpo de sus miserias, se eleva hasta la divina gracia que solo
alcanzan tus santos y tus elegidos.
– Hijo mío no sientas temor de tu señor Jesucristo que vivió, murió y padeció
por ti y por toda la humanidad, pues recuerda que mi querida hija Santa
Teresa dijo: «También entre los pucheros anda Dios».
– ¡Pero señor, que diría la gente! Con tanta irreverencia como hay hoy día
hacia ti.
– Nada temas Tobías, así como yo escogí a los humildes para fueran
portadores de su mensaje, mientras hacían los mas modestos menesteres,
así te escojo a ti hijo predilecto de Dios, para que des testimonio, que
también entre los retretes anda Dios.
– Mandad señor, que aquí esta vuestro siervo presto a obedecer.
– Tobías tu dirás al mundo, que así como Jesucristo Dios e hijo de Dios,
nació en un humilde pesebre, yo Jesucristo voy a hablar a los hombres a
través del retrete, seré conocido como el Santo Cristo del retrete. Desde
todas partes vendrán gentes en peregrinación y tendrán lugar curaciones
asombrosas, nadie sin embargo podrá acceder a mi como no sea a través
del retrete y después de haber defecado con toda devoción, sintiendo como
la defecación es la penitencia mística a través de la cual los seres humanos
se desprenden de sus miserias y ascienden hacia la divina gracia. Cumple
pues tu encargo, en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo amen.
– Haré cuanto mi señor Jesucristo me mande.
– Sin embargo Tobías te prevengo que deberás ponerte la armadura de la fe,
pues no solo los ateos y el mundo descreído y materialista de hoy día,
corroído por el consumismo y la concupiscencia te rechazara, si no que la
Iglesia a la que tanto amas, aquellos que comparten tu fe y tu devoción hacia
mi, tu propia y querida mujer, así como tus devotos hijos y todos aquellos con
quienes convives se burlaran de ti y tan solo tu devoción y mi poder soberano
sobre cielos y Tierra harán que la verdad de lo que ahora vives sea
finalmente reconocido y el Santo Cristo del Retrete pueda mandar al mundo
su mensaje de salvación. Pero antes deberé probarte y probar tu fe como
probé la fe de mis jueces, profetas y mártires. No olvides que la hora del
juicio final se aproxima y que solo quienes se arrepientan y vengan a mi
serán salvos por los siglos de los siglos.
Tras las palabras de la aparición Tobías queda como suspenso sin
saber si esta en su retrete o en otro lugar. De una forma casi mecánica coge
el papel higiénico y tras limpiarse convenientemente, arroja el mismo a la
taza, tras lo cual acaba de limpiarse en el videt.
Poseído por un sensación de exaltación mística, interior, que al mismo
tiempo que le impide manifestarse de manera explosiva le mantiene en un
estado de exaltación interior.
Su mujer advirtiendo el extraño ensimismamiento, es la primera en
dirigirse al mismo.
– Que te pasa Tobias.
– Josefa he visto a Dios y me ha hablado.
– Te debes haber quedado dormido Tobias.
– No Josefa se lo que me digo, nuestro señor Jesucristo ha venido a
hablarme mientras estaba sentado en la taza.
– ¡Por Dios Tobias deja de blasfemar!, nosotros no tenemos nada que ver con
el ácrata de la esquina, ni con el trotskysta de enfrente. Eso te pasa por tratar
con ellos.
– Oye papa procura que no te oigan, porque como se entere el padre Damián
me quedo sin la beca.
– Por no decir que yo no podré ingresar en el colegio del Sagrado Corazón.
Tras escuchar a su hijo Jaime y a su hija María, Tobias se acuerda de las
palabras del Cristo del Retrete, comprendiendo que ha comenzado su
calvario y que los primeros en crucificarle van a ser su mujer y sus hijos.
– Dios mío, mi señor Jesucristo, dame fuerzas para poder sobrellevar la
incredulidad de los míos, hágase tu voluntad, para que este tu siervo
revestido por la armadura de la fe de testimonio de tu mensaje incluso con su
martirio.
– Oye Tobias nunca te había oído hablar de esa forma, ni enristrar las
palabras de esa manera, pareces al padre Viñas, cuando da sus sermones.
– Razón tienes mujer, el Santo Cristo del Retrete me ha transformado, como
transformo a los apostoles, haciendo que unos hombres sencillos y sin
educación hablaran con sabiduría y rectitud confundiendo a los sabios.
– ¡Joder papa como te enrollas!
– ¡Calla descarado, quien te enseña ese lenguaje!
– Perdona mama, pero se me ha escapado, no esperaba que el papa hablara
de esa forma, si parece que sea cura.
– Y tu que dices hija mía.
– Yo no creo que nadie te tome en serio, si vas y dices que Cristo te ha
hablado mientras cagabas.
– Esa es mi cruz y es voluntad del señor que la lleve.
– Mira antes de decírselo a nadie, no sea que se burlen de ti, ve y díselo al
padre Viñas.
– Nuestro señor me ha mandado que de testimonio y que al igual que los
mártires me vista con la armadura de la fe, no puedo rehuir lo que Dios me
manda, por mucho que comprenda tu temor y aprecie tu consejo Josefa.
– Bien, en tal caso sin que incumplas los mandatos de Dios, yo te aconsejo
que como buen católico que eres hables antes con nuestro párroco y que el
te guíe, pues creo que el sabrá mejor que tu los pasos que debes dar,
prométeme que antes de decir nada a nadie hablaras con el padre Viñas.
– De acuerdo te lo prometo, Josefa.
– Y vosotros ya sabéis, no digáis nada a nadie.
– Mama somos lo bastante mayores, como para saber lo que dirían nuestros
vecinos y amigos si se enteraran -responde María-.
– !Y bien que lo se yo¡ -concluye Jaime-.
Al día siguiente, era sábado, de forma que al no tener que ir a trabajar,
Tobías se dirige a la parroquia. Al entrar ve al párroco, el cual también lo
divisa a el.
– !Buenos días Tobías¡, que te trae por aquí a estas horas.
– Tengo que hablar con usted de algo importante y reservado padre Viñas.
– ¿Quieres que pasemos a la sacristía?
Tobías asiente con un gesto, por lo que el párroco se dirige a la
sacristía seguido por el. Una vez que están a solas y viendo que por la
expresión de su feligrés, este le va hablar de un problema serio, el párroco
interpreta, que debe ser algo relacionado con sus hijos, o bien un grave
problema de conciencia surgido por una infidelidad a su mujer.
– Padre Viñas, ayer mientras hacia de vientre en el retrete de mi casa, me
ocurrió algo maravilloso.
El padre Viñas se queda de una pieza al oír esto, pero si a la sorpresa
le unimos que Tobías habla sin entretenerse y explicando con gran claridad y
precisión todo lo acontecido en el cuarto de baño, haciendo que el pobre
cura valla de sobresalto en sobresalto. El resultado es que Tobías explica de
un tirón todo lo que le aconteció, sin que su interlocutor sea capaz de
articular palabra una sola vez, ni estar en condiciones de interrumpirle.
– Y eso es todo padre Viñas, espero que por la comprensión que ha tenido al
escuchar mi historia sin interrumpirme ni una sola vez, me ayudara usted a
cumplir el encargo que me ha dado el Santo Cristo del Retrete.
¡Tobías tu estas majara!
– ¡Santo Dios ya comienza mi calvario!
– Te he escuchado si interrumpirte porque me has dejado de piedra y cada
vez que hablabas no sabia si era verdad lo que estaba ocurriendo, o tan solo
era una pesadilla, un maldito sueño del que gracias a Dios me libraría al
despertarme. Pero por desgracia no es así, estoy despierto y tu estas delante
de mi y me propones que diga que mientras hacías tus necesidades te
encontrabas en un estado de exaltación mística en donde se te apareció
Jesucristo y te hablo de difundir un mensaje para la salvación del mundo a
través de la defecación mística.
– Yo he dicho la verdad y Dios es mi testigo.
– ¡Tobías no utilices el nombre de Dios en vano!, a ti lo que te ocurre es que
te has contagiado de la epidemia de apariciones y milagros, de toda una
serie de gente, que aun llamándose cristianos no tienen verdadera y fe
necesitan milagros. Eso no es espíritu religioso si no superstición. Fe es creer
lo que no vemos, confiar en las palabras de nuestro salvador Jesucristo, no
montar un espectáculo de barraca de feria. Puedes estar seguro Tobías, que
no voy a darte ningún apoyo para que montes un circo de la fe convirtiendo
tu retrete en una capilla de peregrinaciones.
– Ya me lo advirtió nuestro señor que no encontraría mas que espinas e
incomprensión cuando comunicara su mensaje y que serian su ministros y
mis mas allegados, los que mas me herirían.
El párroco se queda un momento pensativo, pues conoce bien a
Tobías y lo ve en un estado de obstinación y determinación que aunque no le
es desconocido, no lo había observado jamas en un hombre de creencias tan
firmes y serenas, con una gran mesura y capaz de comprender y admitir que
exista gente con creencias distintas.
– Mira Tobías creo que es mejor que lo pensemos detenidamente, yo te
aconsejo que aproveches el fin de semana y te dediques a reflexionar
serenamente.
Ambos hombres abandonan la sacristía con una expresión de
preocupación y decepción mutua. Al llegar a la iglesia es Tobías quien se
para y volviéndose hacia el sacerdote le dice: No padre Viñas, no hay nada
que pensar, Dios ha hablado conmigo en el retrete y me ha advertido lo que
me ocurriría, que no encontraría apoyo en mi querida madre la Iglesia, que
sus ministros me volverían la espalda y que mis allegados al igual que usted
me crucificarían. Mas yo mismo dije a Dios que vestiría la armadura de la fe y
que no haría cuenta de las burlas de los incrédulos, ante el hecho milagroso
de que cuando me desprendía de mis miserias físicas mi alma se elevaba
hasta el Altísimo.
– Tobías, te lo digo por ultima vez, si comienzas a difundir el mensaje del
Cristo de la Mierda, no vuelvas a aparecer por aquí. Espero que esto este
muy claro, no voy a consentir que un loco valla diciendo tonterías y lo que es
mas yo creo que deberías someterte a tratamiento psiquiátrico.
Tobías va a replicar al cura, pero se siente abatido y descorazonado,
por ello calla sabiendo que es inútil cuanto diga. De modo que se marcha
seguido por la mirada casi colérica del párroco, que piensa para sus
adentros: lo que nos faltaba, si no hubiera bastante con el Santo de Baza,
con la reencarnación de Jesucristo y sus doce apostoles en el Delta del Ebro,
con la cristologia extraterrestre y otros ahora el Cristo de las defecaciones. Al
mover la cabeza en señal de desaprobación repara en la proximidad de un
monaguillo, al que increpa con aspereza.
– ¡Y tu que haces aquí! Escuchando conversaciones que ni te van ni te
vienen!
El chico, asustado por el tono se desculpa: padre Viñas, yo no he
escuchado nada.
Aun mas irritado el cura, por la mentira del monaguillo le dice en tono
colérico: ¡Fuera ve a barrer la sacristía y luego ya hablaremos, porque hoy te
vas a confesar y te voy a poner una muy severa penitencia por escuchar las
conversaciones ajenas!
El monaguillo va a cumplir lo que le mandan. Una vez que ha terminado la
tarea se hace el remolón y procura dejarse ver lo menos posible por el
párroco. Este sale a dar una vuelta por los alrededores y se dirige a las
instalaciones deportivas de la parroquia, en donde trata de deshacerse de su
mal humor, pero a pesar de los esfuerzos resulta mas que visible, por parte
de la mayoría de los que le ven.
Poco después mientras el monaguillo hace sus correrías por la iglesia y
cumple el mínimo posible de sus obligaciones, una venerable y beata señora,
muy al corriente de lo que ocurre en el barrio, se dirige a este.
– Oye monolito, que le ocurre al padre Viñas, que le veo con muy mal humor,
apenas puede disimularlo.
– ¡Ay señora Paquita! ¡Si yo le contara!
– ¡Cuenta hijo cuenta!
– ¡El padre Viñas dice que es pecado escuchar las conversaciones ajenas!
– Y tiene razón Monolito, pero solo si es para murmurar y difundir cosas
falsas de nuestros semejantes, pero no cuando te mueve la santa curiosidad
cristiana, por saber de lo que acontece a tus semejantes, si llevan una vida
arreglada, si por el contrario no la llevan, si necesitan consuelo y caridad
cristiana, entonces no es pecado si no deber de buen cristiano interesarse
por la vida de tus semejantes.
– Bueno yo soy buen cristiano y solo me mueve la curiosidad cristiana de
saber de mis semejantes.
– Ves Monolito, como no hay maldad en saber de los demás y comunicárselo
a tus semejantes.
– Pero el padre Viñas se ha enfadado mucho conmigo.
– Es que el padre Viñas Monolito no te conoce tan bien como yo, que se que
tu eres todo un hombrecito, formal y serio, el te ve aun como un crío y por
eso se enfado contigo. Yo creo que si tu haces que el te vea como un
verdadero hombrecito en el que se puede confiar, no le parecerá tan mal que
tu te intereses por saber de la vida de tus semejantes, que es tan solo el
ejercicio del deber cristiano de preocuparnos por el bienestar de los demás.
– ¿Usted cree señora Paquita?
– Claro Manolito, pero no le digas al padre Viñas que he hablado contigo, ni le
comentes nada de nuestra conversación. Pero dime hijo, que es lo que
preocupa al padre Viñas.
El monaguillo contó a la señora Paquita todo lo que había oído, sin
añadir ni quitar nada, pues era un chico bastante serio y poco malicioso, cosa
rara en la mayoría de los monaguillos, que como bien sabia el párroco eran
unos pintas. Por eso el padre Viñas apreciaba al chico, lo mismo que la
señora Paquita, para quien constituía un informador de primera mano
además de veraz. Si bien esta pese a ser la principal fuente de información
popular del barrio, era lo bastante discreta y prudente como para ocultar sus
fuentes o mencionarlas solo ante corresponsales de confianza del cotilleo, lo
que hacia que las fuentes de la señora Paquita siempre estuvieran a salvo de
criticas y manipulaciones excesivamente distorsionantes.
– Santo Dios, eso dice Tobías.
– Si señora Paquita, eso dice Tobías.
Tras hablar con el monaguillo la señora Paquita comenzó su tarea de
recoger, distribuir e intercambiar información con los diversos
corresponsales, entre los que estaban Quimet el barbero, el señor Joan el
librero.
– Cujons noi, aquesta si que es bona. Cada vegada que cagas entras en
comunió mística con Déu, Ara es la nostra, pues Roca arribara a Ministre.
– No fotis Quimet, de veritat creus, quel tio caga santament.
– Y tan que lo creu, Pere.
– Esto es un montaje del Tobías que quiere hacerse rico y vivir sin dar golpe.
– Jo creu que el Antonio te raó, el Tobías vol viure del conte.
– Jo coneix al Tobías i no esti jens d’ acor.
– No creguis Quimet, viure del conte es bona cosa te lo diu el Pere.
La llegada de otros parroquianos de Quimet el barbero convierte el
establecimiento en un verdadero jolgorio, sobre las relaciones fecales entre
Dios y Tobías.
Mientras tanto la buena nueva sigue su curso por el barrio.
– Bon día senyor Joan.
– Bon día Jordi.
– Escolti seyor Joan ja sap lo del Tobías y la seva relació an Déu.
– No te enfotis del pobre Tobías Jordi, que ja saben que tu eres un descregut.
– Vusted se lo creu senyor Joan.
– Eres terrorigit Jordi, no, en cregui las al.lucinacions del pobre Tobías.
– ja son dos Senyor Joan.
– Hola Jordi, hola Joan, ya sabéis que Tobías ve visiones místicas mientras
caga.
La frase del recienllegado provoca una irreprimible carcajada que se
contagia al que lo ha dicho. Es tal el estado de risa irreprimible que
conocidos de Joan, Jordi y Joaquín, que es quien ha provocado esa reacción
con su comentario se paran, cuando inquieren sobre la razón de su risa,
estos se la refieren los interesados no pueden reprimir la carcajada, de modo
que se va formando alrededor de la librería un corro de gentes conocidas,
que como es necesario volver a contar otra vez la historia corregida y
aumentada, así como sazonada por la diversas ocurrencias de cada uno de
los que se paran, va determinando que cada vez que alguien se añade al
corro de gente sea necesario contarla con nuevos ingredientes, lo que
determina que haya una nueva explosión de risa que solo puede parar a
duras penas. Ello ocurre también en los establecimientos de Maruja, Manolo
y las hermanas Martínez, de donde se propaga con rapidez a todos los
lugares del barrio. Alrededor de la librería de Joan, la cantidad de gente que
se reúne es tal que la patrulla de la policía municipal creyendo que pasa algo
grave se aproxima. La gente incapaz de expresarse y poseída por una risa
que les domina por completo, apenas puede hablar. Por fin cuando se
explica a los policías municipales el hecho, que ha atraído la curiosidad de la
gente, el resultado se repite. hasta el punto de que los policías temiendo que
la gente crea que pasa algo serio, explican el suceso por el megáfono que
ellos llevan. El caso es que la gente que lo oye se hecha a reír sin parar.
Como consecuencia todo el barrio se entera del milagro del Santo Cristo del
Retrete, de forma que cuando la gente se retira cansada de tanto reír, no hay
apenas nadie en el barrio que no se haya enterado del milagro que ha tenido
lugar en el retrete de Tobías. Sin embargo aquella mañana Tobías y su
familia tenían la intención de salir alrededor de las doce de forma que cuando
la noticia comienza a propagarse y hacerse popular, ya estaban fuera del
barrio. El regreso al anochecer, hace que ninguno de ellos repare en la
situación que se ha creado en el barrio. Durante el fin de semana, la
insistencia de su mujer y de sus hijos, ha creado en Tobías una especie de
resignación, ya que se ha dado cuenta de que dada la hostilidad de su familia
y del padre Viñas, es preferible que espere a ver que le dice el Cristo del
Retrete.
Mientras tanto el padre Viñas, que se ha enterado de lo que se cuenta, a
llamado a Manolito, al que ha dedicado un buen rapapolvo y le ha puesto
como penitencia el esperar hasta la llegada de Tobías y pedirle perdón por
todo el mal que le ha hecho al contar lo que ha escuchado sobre el a la
señora Paquita. Así cuando llegan, el domingo por la noche, Manolito sale a
su encuentro y le dice: perdón señor Tobías, perdón por todo el mal que le
hecho.
– ¡¿Pero que mal me has hecho tu a mi Manolito?!
– Yo señor Tobías escuche su conversación con el padre Viñas a la salida de
la sacristía y se la conté a la señora Paquita.
– ¡Valgame Dios, la gaceta del barrio! -exclama Josefa-.
– Se han burlado de usted señor tobías, le han convertido en el hazmerreír
del barrio. Le pido que me perdone se¤or Tobías.
– Te perdono Manolito y lo hago de todo corazón.
Mientras Manolito se aleja contento de haber obtenido el perdón de
Tobías, Josefa y los hijos de este, le miran con aire de reproche.
– Ahora si que la has hecho buena Tobías.
– Me parece papa que nos van a correr.
– Yo no se que van a decir las monjas del sagrado corazón cuando les diga
que mi padre habla con Dios mientras caga.
– El hombre propone y Dios dispone, cúmplase su voluntad. Es posible que
este diablillo fuera el designio de Dios junto con la lengua de la señora
Paquita, para hacer que yo revestido con la armadura de la fe de testimonio
de lo que dijo Dios nuestro señor.
– De eso ni hablar Tobías, tu vas a desmentir todo esto y a decir que era una
broma.
– Como yo un hombre de mis convicciones y creencias, hacer una broma de
tan mal gusto y tan irreverente para nuestro señor Jesucristo. Puedes estar
segura que entonces si que el padre Viñas me expulsa de la parroquia y que
ni tu obtienes la beca, ni tu entras en el colegio del Sagrado Corazón de
Jesús.
– Un momento Tobías, no se trata de que tu quedes por un embustero
irreverente, esto es algo que podemos discutir con el padre Viñas. El
preferirá antes considerarlo como una broma, que habéis hecho de acuerdo
entre tu y el, a que tu vallas por ahí contando que Cristo te habla mientras tu
estas sentado en la taza del retrete.
Poco después de estar en casa suena el teléfono, Josefa indica a su familia
que no toque el teléfono.
– ¿Quien es?
– ¡A es usted padre Viñas! Si ya ha venido Manolito a disculparse con Tobías.
Mire yo pienso que Tobías debió quedarse dormido y soño lo que contó, por
tanto creo que eso es todo. Pero sin embargo esto ha trascendido y hay que
cortarlo de forma que nosotros resultemos lo menos perjudicados posible,
creo que usted me entiende padre Viñas. Es necesario que mi marido no
quede ni como un embustero ni como un tonto que se cree que es verdad lo
que ha soñado. Lo que significa, que a los dos nos conviene que esto quede
claro.
Josefa calla mientras escucha muy atentamente al padre Viñas,
asintiendo con gran convicción. Tras la conversación se despide del padre
Viñas con gran cordialidad y tras colgar el teléfono habla con su marido.
– El padre Viñas es maravilloso. ya ha encontrado la solución, dirá que todo
fue una broma tramada entre el y tu, para aleccionar a los feligreses
demasiado crédulos con tanto milagro y tanto curandero. Al tiempo que me
ha dicho que ya ha hablado con el obispo y le ha puesto al tanto de la
situación y del plan que tiene, el cual ha quedado muy satisfecho y le ha
parecido que es lo mas adecuado para frenar a tanto exaltado religioso, que
lo único que hace es desprestigiar a la iglesia con tanto milagro, convirtiendo
la fe en una feria y un cachondeo. Así que ya sabes lo que tienes que hacer
mañana cuando te pregunten y, vosotros otro tanto cuando os pregunten los
compañeros, vecinos y amigos.
– No te preocupes mama que ya lo haremos -contestan a coro los chicos-.
Tobías guarda silencio mientras recuerda las ultimas palabras del
Santo Cristo del Retrete. Poco después se acostaron y Josefa que por un
lado se sentía contenta por lo bien que había ido el fin de semana y por otro
se había dado cuenta de que el asentimiento de su marido era forzado, al
tiempo que sentía ganas de retozar, ya que aquel fin de semana había sido
un poco agitado y los acontecimientos habían quitado las ganas tanto a ella
como a Tobías, decidió atar con lujuria lo que no había podido hacer con
razonamientos. La noche fue espléndida para ambos, ya que descargaron
todas sus tensiones y se dedicaron con verdadero entusiasmo y deleite al
placer sexual, cosa que hacían sin miedo pues ella había tomado hacia
tiempo la decisión de insonorizar la habitación y de dotarla de un cerrojo
interno, que hacia que aquel lugar fuera durante la noche el reino encantado
y maravilloso de su lujuria personal. Aun siendo católicos practicantes
rayanos en la beatitud y defendiéndolo ante los demás a capa y espada, se
tomaban algunas licencias respecto al magisterio de la Iglesia en lo tocante a
su vida sexual, en donde el placer sexual predominaba sobre la santa
castidad, pues solo tomando medidas anticonceptivas artificiales se podía
estar tranquila y gozar plenamente, que bastante achuchada era la vida para
hacer el amor con la angustias de quedarse embarazada. Por otro lado como
pensaba Josefa aquello no iba con ellos que eran católicos de verdad, si no
con los católicos de pacotilla a los que si que era necesario fustigar así como
a los descreídos.
Después de retozar a gusto y con plena saciedad sus cuerpos se
hundieron en un reposo profundo y reparador, y Josefa sin atreverse a
pensarlo se formo una imagen en la que se vio como la Santa Virgen María,
cuando era penetrada por la gracia santificaste del Espíritu Santo.
Al día siguiente Tobías se levanto y como no había ido el día anterior a
defecar lo hizo por la mañana, habiendo tácitamente aceptado los
razonamientos de su mujer, que aquella noche utilizo argumentos irresistibles
para el buen Tobías, tan cristiano y temeroso de Dios. En el momento en que
la papilla intestinal abrazando las formas cilíndricas de su intestino recorría
los últimos tramos de este para caer plácidamente sobre las mansas aguas
de la taza, sintió que la luz mística de Cristo le envolvía.
– O señor no soy digno de ser tu siervo, pues te he negado ante el falso
deleite carnal dejándome arrastrar hacia un compromiso indigno de mi y de
tu amor y misericordia hacia mi.
– Mi buen Tobías, aquel que esta en los cielos y que guarda las puertas que
dan el acceso a la dicha eterna, también me negó tres veces ante el cobarde
temor de la carne que cambia el gozo eterno por la efímera seguridad de
este mundo. Si así lo hizo aquel que es santo y que fue piedra sobre la que
edifique mi Iglesia, habiendo yo dado testimonio indiscutible de mi poder y
origen divino, mas grande que el que di a ser humano alguno, como voy
culparte de la debilidad de la carne cuando mi testimonio ante ti mas parece
sueño e irreverencia que manifestación de mi divina presencia. Mas has de
saber Tobías que yo soy el que vino a redimir a la humanidad cargando
sobre sus espaldas el peso abrumador del pecado original, fuente y
manantial del que brota la humana desdicha. Ya que siendo el ser humano la
corona de mi creación descendió a lo mas bajo sin poder redimirse a si
mismo de su horrible pecado, la humanidad debía de ser redimido por un
salvador sin mácula de pecado original que no podía ser otro que el hijo de
Dios, que existe por los siglos de los siglos y que seria engendrado en una
virgen por la fuerza operativa de Dios que es el Espíritu Santo.
Se hace un silencio profundo en el que Tobías siente toda la
inmensidad de su pecado, al dudar de Dios y su alma se desgarra al sentir
que ha reproducido la caída que es dudar de Dios y pretender que la
imperfección humana pueda compararse a la omnisciencia eterna de Dios,
en cuya mente infinita el tiempo es tan solo la recreación efímera de su obra
y la eterna recreación de su salvación infinita.
– O señor, yo no soy digno de estar en tu presencia y no merezco tu
confianza porque he dejado que el dardo de la incredulidad traspasara la
armadura invencible de la fe.
– Alza tu animo Tobías, que mi encarnación pasión y muerte en el tiempo
finito del hombre, salvo a la humana estirpe de la condenación eterna en que
lo hundió el pecado de Adan y Eva. Por otro lado no importa que el hombre
caiga y que su carne débil venza al espíritu inmortal de Dios, pues aquel que
persevera mas allá de la debilidad de la carne y a quien no desmoraliza la
misma, habrá de ser mas en el reino de los cielos, que aquel que por la
gracia de Dios se ve libre durante toda su vida de la necesidad de luchar
titánicamente contra el poder del pecado, pues has de saber que los
pecadores arrepentidos son los primeros en reino de Dios, pues yo quiero la
salvación de todos y deseo que los mejores sean sometidos a las mas duras
pruebas, porque el alma templada por el fuego de la fe en la lucha contra las
lujuriosas aguas del pecado, es la mayor riqueza aquí en la Tierra como en el
Cielo, siendo el tesoro que no se corroe del que hablan mis evangelios.
– Señor, aquí esta tu siervo manda, ordena y dispón, que solo lamentare no
tener mas que una vida para ofrendarte si fuera necesario ni mas bienes que
mis pobres recursos para sevirte.
– Es suficiente Tobías, porque yo se que tu eres mi profeta en la Tierra. Di a
las gentes que Dios que castiga a los soberbios empequeñeciendo a los
grandes y poderosos que olvidan que no hay grandeza ni poder que no
venga de mi y haciendo grandes las cosas pequeñas y viles . He aparecido
ante un humilde obrero mientras defecaba con devoción y santidad beatifica,
sintiendo el abrazo místico de la fe para dar testimonio que puede haber mas
santidad en el retrete de un obrero mientras caga poseído de la gracia divina,
que en la soberbia de las grandes catedrales y en los actos solemnes donde
Dios es mas un rito social que la expresión profunda y sencillamente sentida
de la fe. Di que la fe sencilla de los humildes que piensan en Dios mientras
cagan, valen mas que las hipócritas palabras de un pontífice que sentado en
un trono de oro condena los efectos negativos de un orden social, que es la
causa de los mismos y que el defiende en el nombre de Dios, escondiendo
hipócritamente esta defensa en unas criticas que no son mas que buenos
propósitos, mientras en nombre de una fe dice defender una vida que el
mismo pisotea al bendecir el orden social que representa y es causa de
todos los males del hombre, condenando el aborto y la eutanasia, no porque
la vida sea una condena que impone Dios, si no porque el orden social que el
representa necesita que la mujer y la vida humana estén sometidas a los
imperativos categóricos del orden social burgués. Sal pues al mundo Tobías
vestido con la armadura de la fe y proclama alto y claro, que este es el
mensaje que a la humanidad envía el Santo Cristo del Retrete.
– Soy vuestro siervo señor, nunca mas dudare entre mi fe y la efímera
seguridad de este mundo.
– Tobías tu fe te ha salvado y te ha hecho hombre, mas no olvides que yo soy
el hombre por excelencia, aquel que tu debes llegar a ser, ese día no serás
mi siervo si no mi igual. Ve en paz Tobías, porque tu estabas de rodillas y
hoy aunque no lo sepas te has puesto en pie.
– ¿Señor que es verdaderamente Dios?
– Es la pregunta de un hombre que los niños que tienen fe no se atreven a
hacerme. La respuestas que te voy a dar Tobías debes guardarla en la
memoria protegida por la armadura de tu fe, a fin de que lo que ahora no
comprendes te sea revelado algún día. Pero antes de explicarte lo que es
Dios, debes saber que cuando estos milagros y estas apariciones dejen de
ser, habrás comprendido mis palabras guardadas en su pureza por la
armadura de tu fe.
Entre las ultimas palabras del Cristo del Retrete y las que siguen a la
pregunta de Tobías, se hace un silencio breve como un instante y denso
como una eternidad.
– Dios es la humanidad dormida que proyecta la potencialidad alienada de su
esencia hacia un mundo inexistente y virtual, porque su esencia humana no
puede cobrar forma positiva en la alienación infrahumana de su existencia
real.
– Misteriosa es tu respuesta mi señor.
– Porque tu esencia humana aun esta exiliada de su existencia consciente, el
día que este exilio cese, el misterio de mi respuesta desaparecerá y serás
igual que yo, pues el árbol del conocimiento del bien del mal cuyo fruto es el
pecado original, no es otro que la identidad entre el hombre y Dios, que no
existe en el reino imaginario del espíritu sino en el cese del exilio a que la
infrahumana existencia de la humanidad somete a su humana esencia.
Siendo la caída del hombre tan solo el exilio a que su infrahumana existencia
somete a su humana esencia. Ya que Dios es tan solo el exilio espiritual de
la humana esencia.
– ¿Por que mi señor se castiga la posesión de algo que parece que uniría al
hombre y Dios?
– El castigo no es por querer parecerse si no por dejar de ser iguales, por otro
lado los falsos profetas aun cuando hablen de redención, tan solo aspiran a
eternizar la separación entre la humanidad alienada y la potencialidad del
devenir emancipado de la esencia humana.
– Guardare señor tus palabras protegidas por la armadura de mi fe, hasta el
venturoso día en que su significado me sea revelado y mi entendimiento se
abra a la luz de las mismas.
Tobías sale del retrete sumergido en un estado de absorción interna,
que aun cuando no le impide desarrollar sus tareas habituales, le privan de
distraerse lo mas mínimo para referir a su familia la experiencia que acaba de
tener. Su mujer y sus hijos sometidos a la presión del ajetreo matinal no
reparan en su estado absorto. Poco después se dirige hacia el metro, que lo
lleva desde el Valle de Hebron hasta L’ Hospitalet. Al bajar en Publillas Casas
entra en la fabrica donde trabaja. Las circunstancias han determinado que
haya un vecino, que trabaja en la misma fabrica CETRISA, de modo que a la
hora del bocadillo este se acerca y le pregunta.
– Hola Tobías, que tal estas.
– Muy bien y tu Paco.
– Lo mismo pero no tanto como tu, ya me enterado que Cristo se ha dirigido a
ti mientras cagabas.
La risotada de los compañeros de Tobías es general y les cuesta trabajo
contenerse, la cosa atrae a otros de forma que al final esta casi toda la
fabrica alrededor de la sección de electricidad en donde trabaja Tobías, los
de la oficina técnica, cuya cristalera da a la fabrica se sienten atraídos por el
movimiento y el jolgorio que ven, de mismo modo ocurre con los
administrativos que no pueden por menos de oír el ruido y acuden todos en
tropel a saber que pasa en la fabrica. En ese momento los trabajadores de la
fabrica ya han acabado su risa y están en condiciones de explicar a los
compañeros de la oficina técnica y los administrativos lo que les ha pasado a
Tobías en su retrete, los cuales a su vez estallan en carcajadas, pero al ser
menos que los de la fabrica y estar estos momentáneamente agotados de
tanto reír, la risa no tiene el efecto contagioso y amplificador, de modo que
pasado casi un minuto de carcajadas que se combinan con las sonrisas
jocosas de los de fabrica, termina el jolgorio y el encargado de la sección
eléctrica se dirige a Tobías y comenta en tono jocoso: supongo que eso será
una broma.
– No lo es Conesa, el Santo Cristo del Retrete se me apareció y me dijo que
difundiera su mensaje de redención al mundo, que vistiera la armadura de mi
fe y que diera testimonio de el ante el mundo. Y esta mañana volvió a
aparecérseme mientras hacia de vientre, pues esos son los momentos que el
escoge, ya que el con su infinito poder y misericordia hace grandes las cosas
pequeñas.
– Anda que no te enrollas na tío, pero me parece que te has equivocao si
pretendes vivir del cuento de que se te aparece Dios y la Virgen. Pues eso de
que se te aparezcan cuando cagas no cuela y mucho menos lo del Santo
Cristo del Retrete.
Tras las palabras de Carmona, que es quien acaba de hablar la
risotada es general y la cosa dura hasta que suena la sirena indicando el final
del tiempo del bocadillo. Cada uno se va a su puesto comentando lo del
Cristo del Retrete y la risa sacude todo el edificio, hasta el punto de que el
jefe de personal y el gerente, salen de sus despachos a saber que pasa. Los
empleados apenas si pueden contenerse y le informan a estos de lo que
pasa, que tampoco pueden contener la risa que aun se contagia mas a los
empleados, hasta el punto de que se encierran en el despacho del gerente
donde se ríen hasta cansarse, pero hacen un esfuerzo sobrehumano para
sobreponerse. Llaman entonces a Tobías Montes, para que suba a dirección.
Tobías es el único que no se ríe, de modo que va hasta la escalera de
acceso a la planta superior, al tiempo que la mención de su nombre y la
contemplación de su desplazamiento por parte de sus compañeros, hace
arreciar las risas de estos, que son incapaces de recuperar su ritmo de
trabajo a todos los niveles.
El paso de Tobías por la oficina administrativa provoca una
interminable reacción en cadena de carcajadas, que llega hasta los mismos
jefes, que a punto están de echarse a reír y solo con grandes esfuerzos
logran contenerse.
La secretaria del gerente se levanta tambaleándose por la risa y
mientras se agarra fuertemente la boca para no soltar una estruendosa
carcajada, abre la puerta del despacho para hacer pasar sin mas ceremonia
a Tobías, tal y como le ha ordenado el gerente que teme que cualquier cosa
que se diga ponga en marcha el mecanismo de la risa. El cual ya se ha
enterado por la policía municipal de los acontecimientos provocados en el
Valle Hebron por el Santo Cristo del Retrete. La noticia de dicho milagro ya
ha corrido por Barcelona y sus alrededores como la pólvora, de forma que
aquella mañana los periodistas buscan afanosamente el santo retrete y la
casa de Tobías ha sido sometida a asedio, no habiendo los periodistas
encontrado nada se dirigen a la parroquia, en donde el padre Viñas les
comenta que todo ha sido una broma tramada entre el y Tobías, al objeto de
que ciertas personas escarmienten y no vallan detrás de tanto santón y tanto
vividor. El propio sacerdote indica que no bastando con las amonestaciones
se ha recurrido a este tipo de cura radical, que cuenta con el beneplácito del
obispado de Barcelona.
Mientras tanto algunos periodistas han localizado la fabrica donde
trabaja Tobías, con la valiosa información facilitada por los vecinos del barrio,
mientras por el mercado se comentan estos hechos. El gerente que ha
estado escuchando las noticias radiofónicas, esta preocupado, ya que ha
oído estos hechos y teme que se produzcan una serie situaciones absurdas y
cómicas que repercutirían negativamente sobre el rendimiento del personal y
la imagen de seriedad que la empresa pretende dar. Aunque le ha
tranquilizado oír las explicaciones del párroco, ha ocurrido que los
corresponsales de otra cadena han encontrado a Manolito y la señora
Paquita, los cuales les han dicho que el padre Viñas estaba enfadado y
Manolito ha confirmado al contar con exactitud lo que ha pasado, que no se
trata de una broma, que hubieran tramado entre el párroco y un feligrés, si no
algo mas serio, de forma que muchas gentes entre otros algunos
comentaristas radiofónicos, consideran que la Iglesia dado lo chocante y
ridículo del caso esta tratando de presentar las cosas de forma distinta de lo
que son.
El padre Viñas, tras hablar con los periodistas ha enviado a otro cura
asignado a la parroquia, para que trate de localizar a la mujer de Tobías, en
tanto que el ha hablado con el gerente de la fabrica al que ha puesto al
corriente de lo que realmente pasa. El gerente hombre de orden y que
considera la importancia que tiene la religión en la preservación del mejor de
los sistemas sociales posibles, esta totalmente de acuerdo con Tobías a
quien conoce desde hace años y a quien aprecia por sus convicciones
religiosas y porque aun siendo hombre devoto y de orden, sabe que es un
buen compañero un excelente trabajador y un hombre a quien sus
compañeros escucharían si hubiera una situación conflictiva entre los
trabajadores y la empresa.
– Bienvenido Tobías. Mi despacho esta siempre abierto para mis empleados
y cuando se trata de empleados como usted, entonces no es solo un deber si
no una satisfacción el recibirle.
– Muchas gracias señor Viaplana.
– Tobías ya estoy enterado a través del padre Viñas, que se han puesto
ustedes de acuerdo para poner fin a esa epidemia de apariciones y falsarios,
que tanto daño hacen a nuestra santa fe católica y tanto divierten a la gente
descreída por la sensación de ridículo creado.
– No señor Viaplana, no es ningún cuento, yo he visto al Santo Cristo del
Retrete, que me ha mandado difundir su mensaje al mundo.
– Tobías no estoy para bromas, es usted un empleado modelo y estoy
dispuesto a pasar el hecho de que me ha puesto usted la empresa patas
arriba, pero lo que no estoy dispuesto a consentir es este cachondeo en la
empresa y con las cosas de la religión, así que una de dos o usted sale de
este despacho después de haber dicho a sus compañeros que todo es tal
como lo ha dispuesto el padre Viñas, o el señor Parra como jefe de personal
le hace la liquidación hoy mismo y usted se va de la empresa para nunca
mas volver.
– La seguridad de Dios es mas importante que la de este mundo, entre el
Cristo del Retrete y mi empleo me quedo con el Cristo del Retrete.
– Píenselo Tobías, que va a decir su familia, la puede usted perder también.
– Todo lo que tengo me lo ha concedido Dios, el señor me lo da y el señor me
lo quita, bendito sea el nombre del señor que su siervo recibirá todo lo que
Dios disponga.
– Bien Tobías valla usted a recoger sus cosas. Sepa que le vamos a pagar el
mes completo y que le concedemos de plazo para que reflexione hasta el
primer día laborable del próximo mes, si para entonces usted ha
recapacitado tendrá su empleo y mi amistad sincera. No se deje cegar por la
soberbia de creerse elegido por Dios, cuando solo soñaba.
– Muchas gracias por su deferencia señor Viaplana, pero no creo que Dios
me deje caer en la tentación, mas si el lo dispone quien soy yo para
negarme.
Poco después se comunica a los empleados de la empresa que el
señor Tobías Montes sufre una grave confusión, habiéndole concedido la
empresa un permiso pagado de dos semanas, en atención a sus muchos
años de trabajo y buen servicio, para que este pueda reponerse de su
confusión, ya que es un empleado difícil de reemplazar. Nadie discute ni
pone en cuestión este hecho, pues Tobías es verdaderamente excepcional
en su oficio en cuanto profesionalidad competencia y rapidez en resolver
cualquier problema, antes al contrario todos lo lamentan pues es un
excelente compañero y pese a su beatería nunca a dejado de secundar y
apoyar lo que sus compañeros han decidido en asamblea, al tiempo que ha
rechazado siempre todos los intentos de la dirección de utilizarle en las
situaciones conflictivas que ha habido en la empresa. Por ello se ha
convertido en un hombre que ha gozado tanto de la estima de la dirección,
como de sus compañeros mas luchadores y reivindicativos.
Cuando los periodistas llegan a la empresa Tobías ya ha salido y
algunos compañeros les explican la versión que les ha dado la dirección, de
modo que estos resumen la situación diciendo: es evidente que el señor
Tobías Montes parece que tuvo una visión de Cristo mientras estaba
defecando en su retrete, que el párroco y el obispado, así como la dirección
de la empresa de Tobías han tratado de presentar esto como si se tratara de
algo montado de mutuo acuerdo y con la aprobación del obispado de
Barcelona entre el párroco del Valle Hebron y el señor Tobías Montes.
Cuando Tobías llega a su casa su mujer y sus hijos ya se han enterado,
llenando a este de reproches, poco después llega el padre Viñas, que no solo
le llena de reproches sino que le dice en tono amenazador: Como sigas
adelante con esta farsa del Cristo del Retrete te puedo asegurar que no vas a
salir impune, que lo vas a pagar muy caro, que te vamos a llevar a los
tribunales a través de las asociaciones católicas, que vas a ir a la cárcel y
que te vas a quedar sin nada, pues la iglesia y los creyentes no vamos a
consentir este cachondeo de tanta aparición, tanto milagro y tanto farsante
como anda suelto y tu vas a pagar por todos. Y no digo mas, porque tu mujer
y tus hijos ya se encargaran de decirte el resto.
– Eres un majadero Tobías, vas arruinar tu vida, la mía y la de tus hijos.
– Cristo me ha dicho que no me deje vencer por el mundo, que solo el es mi
luz y guía.
– Pues entonces Tobías, te vas a quedar sin mujer y sin hijos y lo que es mas
no vamos a consentir que nos quiten lo que es nuestro, antes al contrario
solicitaremos una incapacitación judicial contra ti, de forma que ya sabes a
que atenerte. Si sigues así te compras o te alquilas un retrete para ti solo, en
donde podrás ver cuanto quieras a tu Cristo del retrete.
Tobías agobiado y abatido se encierra en su retrete, pero apenas se
ha sentado en la taza una luminosidad inmensa lo envuelve, de forma que se
oye la voz del Santo Cristo del Retrete.
– No empieces aun Tobías, pon papeles en donde puedas recoger tus restos
fecales, pues hoy tu mujer y tus hijos volverán a ser tuyos y tu fe te salvara a
ti y el testimonio de mi poder a través de tu fe les salvara a ellos.
Tobías hace lo que le manda el Cristo del Retrete. Mientras tanto su
mujer y sus hijos, se van a dar una vuelta tras advertirle a través de la puerta
que van a salir y que reflexione antes de que la cosa valla a mayores, para
evitar cruzarse con la gente toman al coche y van a un cine situado en el
Paseo de Gracia.
– Tobías cuando termines mete los restos fecales en la fuente de duralex de
tu mujer. Poco después de que hayas hecho esto vendrá un hombre ciego al
que conoces, al cual le aplicaras sobre los ojos un poco de mierda. Entonces
veras lo que la fe puede hacer.
El ciego del piso de abajo, un jubilado de la ONCE oye comentar a su
mujer el caso de los Montes, entonces aprovechando que esta sale y que ha
oído subir a Tobías hace rato, decide ir a visitarle, pues tiene una gran ilusión
en ver a su nieto y se le ocurre la idea de que a lo mejor puede hacerle ver,
se ríe por la ocurrencia, pero al final decide subir para oír una historia que
promete ser divertida, de los labios del protagonista de la misma.
– Buenos dias señor Tobías, soy.
– Lo se, has venido a que te de la visión.
– Bueno, si usted quiere.
Tobías unta entonces con mierda los ojos del ciego y pronuncia la
formula que le ha dicho el Cristo del Retrete.
– En el nombre del Santo Cristo del Retrete yo te conmino a que tu mal
desaparezca.
– Que peste señor Tobías, es usted un poco guarro, con que me ha untado.
– Con mierda hermano, pero no se preocupe, que ahora le levare.
– No se moleste me voy a mi casa.
El ciego vuelve a su casa y se limpia los ojos y la cara. De pronto
exclama: ¡Veo! ¡Veo! ¡Santo Dios!
Sale a la calle gritando: Tobías me ha curado untándome los ojos con
mierda.
La noticia corre como un reguero de pólvora por el barrio, los
paralíticos, los mancos, los ciegos, los sordos, los subnormales, los locos,
todos van a ver a Tobías, el cual los cura untándolos con mierda. Pues nada
hay que se resista a la mierda de Tobías transfigurada por el Cristo del
retrete. A veces la disuelve en agua y la da a beber a los enfermos que son
también sanados. El poder milagroso del Santo Cristo del retrete rebasa todo
lo imaginable tanto en la capacidad de curar como en la inmediatez del
milagro.
El extraño caso de un triple asesinato.
El comandante de la Guardia Civil que tenia la responsabilidad de
controlar el orden y dirigir la lucha contra la delincuencia en los alrededores
de la ciudad de Alcasser, estaba tratando de relacionar las diferentes piezas
significativas del rompecabezas, constituido por la violación y asesinato de
tres adolescentes que jamas llegarían a ser mujeres. En ese momento un
sargento le llevo un sobre lacrado, en cuya cubierta podía leerse la indicación
de confidencial.
– El portador ha indicado que lo lea usted de inmediato.
Tomando el sobre le indico a su subordinado que permaneciera en el
despacho, de modo que este se retiro a una distancia prudencial, desde la
cual no podía ver el contenido del mensaje secreto. Hágale pasar fue la frase
que siguió a la lectura del mensaje.
– Buenos días comandante Sirvent.
– Buenos días…….
– No se preocupe por tratamientos y nombres son lo de menos. Supongo que
esta usted con el asunto de las tres jóvenes violadas y asesinadas.
– Si, estoy tratando de encajar las piezas y creo tener algunas pistas sólidas.
– Olvídelas comandante, no es esa la dirección que debe seguir la
investigación.
– Estoy a sus ordenes…….
El recienllegado aprecio las dudas de su interlocutor así como los
puntos suspensivos silenciosos que esas dudas incluían.
– Comprendo su vacilación. Esas pistas conducen a los verdaderos asesinos,
pero esta en juego la seguridad nacional. No es posible castigar a los
verdaderos asesinos. No voy a decirle nada mas, tan solo que debe usted
tener en cuenta que hay personas bastante poderosas como para hacer
tambalear no ya a nuestras mas altas autoridades, sino a las del gobierno
mas poderoso del mundo.
– ¿El presidente del gobierno esta amenazado?
– Hasta el propio jefe del estado puede llegar a ser amenazado.
El comandante Sirvent trago saliva. Por primera vez se encontraba
cara a cara con el rostro fáctico del poder, del que el era un mero
instrumento. Supo que no tenia mas remedio que obedecer, que aquel
misterioso sujeto le habría matado sin vacilar si el hubiera supuesto el mas
mínimo obstáculo a aquellas ordenes. Recordó que tenia el deber de matar a
toda su familia sin excepciones si así se lo hubiera indicado aquel sujeto,
pues era su deber ejecutar cualquier orden que se le diera sin vacilar. Lo que
constituía la esencia y la substancia del juramento que debían prestar todos
los que ingresaban en la Guardia Civil. Juramento que no era una mera
formula sino un deber ineludible.
Durante años el comandante Sirvent realizo multitud de esfuerzos
para presentar una versión aceptable de un asesinato, cuyos ejecutores
gozaban del privilegio de la patente de corso. Finalmente el poder judicial
decidió entrar en el juego y el apaño hecho por la Guardia Civil aceptado por
jueces y fiscales recibió luz verde en 1997. Por aquellos días el comandante
Sirvent había acudido a un seminario europeo sobre criminalidad organizado
en Madrid. Habiéndose celebrado en una importante institución cultural la
cual disponía de un museo de acceso restringido, el comandante Sirvent
pidió permiso para visitarlo, siéndole concedido. Tras verlo con bastante
detenimiento al abandonar la sala fue saludado por una voz conocida.
– Le felicito comandante Sirvent, ha hecho un buen trabajo.
– Gracias tan solo he hecho lo que he podido.
– Veo que le preocupan los fallos de la versión oficial. El que el caso sea
jurídicamente insostenible, el que los padres de las víctimas consideren que
los presentados como culpables son solo unos chorizos para encubrir a los
verdaderos autores.
– Podría mentirse mejor, podría presentarse algo mas coherente.
– Comandante debería usted saber que el crimen perfecto es el que no se
comete, de la misma forma que la mentira perfecta es la que no se dice. No
me mire con ese aire de sorpresa, los procesos de Moscú eran insostenibles,
como lo eran los de Saco y Vanzzeti, como lo fue el proceso de Mumia, al
que la justicia norteamericana se propone asesinar legalmente. Como lo fue
el caso del aceite de Colza, como lo es la versión oficial sobre el golpe de
Estado del 23 de febrero, como lo son las interpretaciones pretendidamente
científicas sobre la historia, la economía, el neodarwinismo, etc., el poder
tiene el privilegio de afirmar que el Sol gira alrededor de la Tierra, que no
existe otra interpretación cierta que aquella que ese poder expresa y
defiende.
– Pero por lo menos podrían presentarse historias creíbles.
– Comete un error comandante. Lo absurdo de las versiones oficiales no es
un accidente, ni los errores formales algo negativo que destruya la
credibilidad de las mismas. Para presentar unos procesos de Moscú sin
errores era necesario ser un trotskysta y un trotskysta no hubiera servido, ya
que al presentar unos procesos sin errores hubiera reflejado la verdad
objetiva y la función de aquellos procesos como de aquellas acusaciones
absurdas era hacer ininteligible la verdad para quienes los llevaban a cabo y
para aquellos a los que había que engañar. El engaño es parte de la
sumisión al poder, si la gente no acepta el engaño es que no se somete al
poder o que ella se constituye como poder.
– Cree usted posible un poder sin engaño.
– Si comandante creo posible un poder sin engaño, por ello es mas imperioso
que nunca llevar a la gente la convicción de que ese poder es imposible. De
hecho no ha sido por casualidad mencionarle los procesos de Moscú, pues
gracias a quien los promovió el poder sin engaño fue destruido.
– Me queda una duda. Como un poder sin engaño pudo ser destruido.
– Hay dos tipos de engaño, el que es parte intrínseca del poder basado en el
engaño , y el que proviene de la ignorancia de la capacidad de supervivencia
residual de ese poder. Ellos destruyeron la superestructura sociopolitica del
engaño, pero dejaron subsistir la infraestructura social del engaño. La
degeneración de ese poder sin engaño broto de las entrañas residuales de la
sociedad del engaño. Pues ellos creyeron que destruyendo el orden social
del engaño y el estado del engaño, se creaba una sociedad sin engaño, pero
lo que tenían era una sociedad del engaño sin engañadores. Esas entrañas
residuales del engaño pueden ser destruidas, dando lugar a una sociedad sin
engaño, por ello hay que luchar sin descanso para evitar esa posibilidad.
– Como es posible entonces, que sabiendo usted eso, pueda cumplir
eficazmente con su trabajo?
– Me ha hecho la pregunta clave. Mis conocimientos no son ni la razón ni el
motor de mi existencia. Mis conocimientos no son mas que un arma para
saber donde y como atacar a mis adversarios. El centro de mi personalidad
es mi individualidad estetico-emocional, la cual es un producto del
particularismo social de la propiedad privada, que es la raiz y la esencia del
engaño. Sabe que Stalin y los estalinistas querían y quieren integrar el
particularismo social de la propiedad en el socialismo, lo que es una utopía
irrealizable. Pero como el objetivo real de ellos no era este, sino salvar al
particularismo social de la propiedad privada, de su destrucción a manos de
la verdad social del universalismo de la propiedad colectiva, llamaron a su
utopía socialismo real, con lo cual al fracasar esta utopía salvaron el
particularismo social de la propiedad privada residual gracias al engaño, o
sea gracias a la esclavizacion de la conciencia humana al engaño
estetico-emocional que fue barnizado con la verdad. La cascara del
estalinismo era la verdad del marxismo, pero la cascara sin contenido es el
proceso de la restauración progresiva del engaño. La verdad y la coherencia
no solo no son necesarias sino contraproducentes, ya que usted y yo
defendemos el engaño.
– Creo que por fin le comprendo.
– Me alegro muchisimo comandante, hace falta gente como usted.
– Que cree usted que ocurriría si la gente no aceptara las consecuencias de
este juicio, si lo rechazara unánimemente, pese a los esfuerzos de los
medios de comunicación y de nosotros.
– Que seria nuestro fin comandante. Ya que el rechazo de lo de Alcasser
llevaría al rechazo de las versiones sobre el estalinismo y sus consecuencias
políticas, sobre el significado real de la reforma laboral, sobre la totalidad de
los engaños sobre los que descansa la sociedad burguesa con burguesía
que nosotros defendemos y la sociedad burguesa sin burguesía y con billete
de vuelta que defienden los estalinistas. Eso seria el principio de una
revolución devastadora e irreversible que pondría fin al mundo que nosotros
defendemos al mundo del engaño. La verdadera cualidad diabólica del
comunismo esta en la destrucción de todos los engaños sobre los que
descansa nuestro mundo.
– Sabe yo veo un mundo distinto, pero el termino diabólico se me antoja una
formula teológica cuyo contenido no percibo.
De pronto una pistola apareció en manos del interlocutor del
comandante, este supo que le iba a matar. Por ello hablo adelantándose a la
previsible acción.
– Me concede un deseo.
– Hable.
– Por que va a matarme por una simple objeción a lo dicho por usted?
– Le voy a conceder ese ultimo deseo, pues tiene usted derecho a saber
porque muere y la razón por la cual voy a matarle. Yo soy la personalidad
burguesa, o sea el complejo psíquico o sistema operativo generado por el
particularismo social de la propiedad privada, la particularizacion
estetico-emocional generada por el modo de vida y existencia que ha creado
un orden social al que estoy hiperadaptado y al margen del cual no puedo
vivir. Ese odio irracional hacia el comunismo de quienes lo rechazan y que
los estalinistas expresan como odio irracional al trotskysmo, que los
anarquistas expresan como afirmación incondicional del individuo, es la
defensa de esa realidad emocional irracional e irreductible generada por el
particularismo social de la propiedad privada como forma de existencia
social. Usted es la negación de lo que yo soy y represento aunque aun no
sea consciente de ello.
La pistola vomito la muerte sobre el cuerpo del comandante.