El INSTINTO DE MUERTE
LOS FUNDAMENTOS DEL INSTINTO DE MUERTE.
La teoría del Instinto de Muerte, es desarrollada alrededor de 1920 por Freud, como elemento que completa la dialéctica del inconsciente respecto a eros como encarnación del instinto de vida.
El fundamento fisiológico del instinto de muerte viene definido por la fatiga, el dolor y el sufrimiento a que esta sometida la materia viviente, lo que genera una reacción vegetativa, sensitiva y psicológica tendente a provocar la extinción de la evolución vegetativa, fisiológica y sociocultural de la biomasa y con ello la extinción de la vida. Vida que provoca la fatiga vegetativa, el dolor fisiológico y el sufrimiento psíquico.
En una concepción mecanicista como la de Freud los instintos de vida y de muerte no evolucionan, son siempre irreductiblemente primarios e iguales a si mismos. Sobre la base del materialismo dialéctico los instintos de vida y de muerte evolucionan, de forma que el instinto de muerte debe hacerse cada vez mas preciso y complejo, como lo hace el propio instinto de vida que tiende a completar su objetivo frente al instinto de muerte que tiende a romper y estancar el proceso de evolución de la biomasa. El estancamiento representa el triunfo del instinto de muerte, que de esta forma impondrá la degradación termodinámica de la biomasa, antes de que esta culmine su ciclo evolutivo.
El objetivo de la biomasa en su etapa de evolución sociocultural, no es otro que alcanzar lo que pretenden alcanzar las religiones y el supuesto mundo espiritual, preexistente y creador de todo. Pero el mundo espiritual no es mas que la mascara del instinto de muerte, que pretende representar como existente algo que la biomasa tendrá que conquistar en función del desarrollo socioeconómico de las fuerzas productivas. La religión debe ser superada pero no simplemente negada, pues la simple negación de la religión presupone la subordinación del materialismo dialéctico al materialismo metafísico, o sea la no racionalización de la realidad social, fisiológica y vegetativa sobre la que descansa la evolución sociocultural de la biomasa.
El cristianismo es la expresión utópica de lo que constituye el desarrollo científico de la sociedad comunista, por ello las argumentaciones ridiculizando el comunismo científico en función de su vinculación con la visión judeocristiana, demuestran el carácter profundamente superficial y metafísico de la objetividad científica burguesa, cuyos campeones llaman ciencia al servilismo intelectual ante las limitaciones que objetivamente impone el particularismo social de la propiedad privada en su proyección como metodología científica.
Es importante no olvidar que la lógica burguesa, en tanto que base y fundamento heurístico y metodológico de la cultura aristocrático-burguesa, no puede hacer otra cosa que interpretar metafísicamente lo que constituye la dialéctica materialista ya sea en su forma física o sociocultural. Señalemos que las cualidades metafísicas del espíritu son las que corresponden a la materia, pero su análisis por la metodología científica burguesa , constituye el fundamento que lleva a la reconstrucción pseudocientifica de la naturaleza.
No olvidemos que el desarrollo del positivismo tiene lugar en la primera mitad del siglo XIX, en la segunda mitad del siglo XIX se constituye el neopositivismo que representa la continuación y el rebosamiento de la corriente original, pero con una decidida determinación de dejar fuera de juego al materialismo, el cual es considerado como un apriorismo metafísico ajeno a la verdadera ciencia. En este aspecto conviene no olvidar que en su obra divulgativa sobre la Teoría de la Relatividad, Einstein hace un elogio a Hume y Mach expresando que habían liberado a la ciencia de los condicionamientos precientificos tales como materia, tiempo y espacio, de forma que los han precisado, superando al viejo materialismo mecanicista. Señalemos que esto se expresa en las ideas de Bertrand Russell sobre la teoría de conjuntos, que termino repudiando a Hegel, tras haberse acercado a sus conceptos. Dentro de lo que define el proceso de involución sociocultural de la ciencia burguesa. Así pues la matemática moderna, con su teoría de conjuntos, geometrias no euclidianas y el fenomenologismo neopositivista opuesto al materialismo, definen la involución sociocultural de la ciencia burguesa, que a su vez se apoya en la insuficiencia y el carácter metafísico del materialismo mecanicista burgués. Ciertamente que Einstein no fue consecuente con su propia posición, de forma que entro en conflicto con los creadores de la Mecánica Cuántica, que se limitaban a llevar las tesis hasta sus ultimas consecuencias y se veían apoyados por el carácter dialéctico de la fenomenología de la materia, pero interpretado dentro de la metafísica neopositivista.
De hecho cuando los místicos, ocultistas y esoteristas dicen que la Teoría de la Relatividad y la Mecánica cuántica han borrado los limites entre lo objetivo y lo subjetivo tienen razón, la ciencia burguesa pretendiendo combatir a la metafísica materialista ha abierto las puertas de par en par a la metafísica idealista y ha convertido a la ciencia en sierva del particularismo social de la propiedad privada, que es quien verdaderamente se opone al materialismo y quien quiere quitarle toda legitimidad científica al mismo.
Sin embargo esto es algo que define la misma raíz de las contradicciones del marxismo, que explica el por que Marx y Engels pese a desarrollar la única heurística verdaderamente científica que existe, que es el materialismo dialéctico, no son capaces de expresar en función del valor trabajo los esquemas de la reproducción ampliada, así como desarrollar unos algoritmos matemáticos que fueran capaces de incluir y definir el progreso tecnológico y todos los elementos que parametrizarian en función del materialismo dialéctico la totalidad de los conceptos desarrollados heurísticamente por Marx. No olvidemos que la Academia de Ciencias de la URSS afirmo la imposibilidad de una planificación basada sobre el valor trabajo, como a su vez tras rechazar la Teoría de la Relatividad, la Mecánica Cuántica y el Neodarwinismo debió hacer una pseudointerpretación dialéctico materialista de dichas teorías burguesas, como lo hizo respecto al neodarwinismo.
En los años veinte se pretendió crear una ciencia proletaria para encubrir el abandono de la lucha por desarrollar el socialismo, llamando socialista a la sociedad burguesa sin burguesía, por lo cual Trotsky denuncio dicha cultura proletaria como una maniobra de diversión burocrática. Sin embargo la critica de Trotsky aunque correcta se vio forzada a expresar conceptos generalizadores, que solo eran ciertos en el contexto preciso de la contrarrevolución pequeño burguesa, pero que no hubieran sido ciertos en un proceso de desarrollo revolucionario hacia el socialismo. De hecho Trotsky plantea el problema de la ciencia proletaria dentro de la inmediatez mecanicista, pero es conveniente no olvidar que Marx y Engels también estaban atrapados dentro de la cultura burguesa, de forma que aunque la heurística marxista liberaba al conocimiento interpretativo de su dependencia hacia la cultura y la ciencia burguesa, en lo que se refiere al conocimiento interpretativo, no por ello resolvía el problema fundamental, que era la necesidad de una metodología lógico-matemática fundamentada sobre el materialismo dialéctico.
El marxismo creaba y definía de forma rigurosamente científica la ecología sociocultural de la biomasa, pero a su vez quedaba atrapado metodológica y prácticamente en la cultura burguesa que a través de la ciencia burguesa ascendente, le creaba la ilusión de que la dialéctica de la lucha de clases definiría el desarrollo automático de esta instrumentalidad lógico-matemática que era la clave su victoria frente a la contrarrevolución burguesa.
Retorno.
Sin embargo no era así, de forma que en la tesis desarrollada por Marx en la Critica del Programa de Ghota, estaba expresada la dependencia metodológica y practica del materialismo histórico o marxismo respecto a la cultura burguesa, pues de alguna forma Marx y Engels habían atribuido a la ciencia un carácter por encima de las clases, que la ciencia como producto cultural que se apoyaba en la plataforma social de la relaciones burguesas de producción no tenia. Señalemos sin embargo que curiosamente este hecho ni tan siquiera fue advertido, de forma que se tenia una visión mecanicista sobre el desarrollo dialéctico de la lucha de clases, el cual incluso respecto al problema del partido seguía sin resolverse pues en lugar del materialismo dialéctico del centralismo ideológico, se subordinaba el partido al materialismo mecanicista del centralismo democrático, que era la fuente de la que debía brotar la degeneración, pues el centralismo democrático volvía dependiente al partido de la cultura burguesa, en tanto que el centralismo ideológico lo volvía independiente.
Tras todo ello estaba el instinto de muerte, que quería estancar la evolución sociocultural de la biomasa en la sociedad burguesa, impidiendo que esta culminase su evolución como sociedad comunista.
La evolución de la biomasa es una confrontación entre el instinto de vida (entendido dentro de un proceso evolutivo de carácter neolamarquiano) y el instinto de muerte, que pretende estancar y degenerar dicho proceso evolutivo. Estancamiento y degeneración que pretenden poner fin a la fatiga, el dolor y el sufrimiento de la materia viviente. Materia viviente que es sometida a estas tres formas de esfuerzo por el instinto de vida en tanto que proceso evolutivo neolamarquiano que culmina con la instauración de la sociedad comunista.
Los fundamentos del instinto de muerte son la fatiga vegetativa de la materia viviente, el dolor físico de la materia viviente y el sufrimiento psíquico o anímico de la materia viviente. Sobre estos tres elementos el instinto de muerte genera los virus como expresión de la fatiga física, el dolor físico y el sufrimiento anímico o psíquico. En tanto que el sistema inmunitario se desarrolla frente a la degradación termodinámica de la materia viviente que define el instinto de muerte a través de los virus. El instinto de muerte se nutre y reproduce a partir de la fatiga, el dolor y el sufrimiento, siendo el contrasistema inmunitario. El sistema inmunitario o instinto de vida permite que la vida como proceso evolutivo neolamarquiano supere la fatiga, el dolor y el sufrimiento.
Algunas personas nos recordaran que hay enfermedades que no son provocadas por los virus, sin embargo los virus concretos son las formas especificas que reviste el instinto de muerte, como expresiones de fatiga, dolor y sufrimiento que se materializan físicamente, pero no olvidemos que la etiología del virus reposa sobre la fatiga, el dolor y el sufrimiento de la materia viviente, de forma que esta fatiga se fija también genéticamente y determina la neutralización del sistema inmunitario para regenerarse, para corregir las funciones fisiológicas de mantenimiento y su capacidad operativa contra los agentes infecciosos, de forma que sobre esta base dicha fatiga determina todas las enfermedades y la degradación termodinámica del fenotipo viviente, que de esta forma expresa la tensión de la vida y en su degradación termodinámica la fatiga, el dolor y el sufrimiento. La superación de la fatiga, el dolor y el sufrimiento de la biomasa, le corresponde a la evolución sociocultural de la biomasa cuando esta alcanza la sociedad comunista. No olvidemos que la determinación genética de la muerte, también nos define la fijación genética del instinto de muerte, fijación que se sostiene y realiza activamente en función de la fatiga, el dolor y el sufrimiento.
Así pues tenemos que el instinto de muerte es una potencia activa que define lo negativo generado por la vida y lo que se opone a la misma. Señalemos que el instinto de muerte es un parásito de la vida, cuya aspiración es destruirla, su lógica es semejante a la que existe entre Satanás y Dios en la concepción judeocristiana, pero con la diferencia de que Dios es la mascara del instinto de muerte, en tanto que Satanás se limita a justificar a Dios por reducción al absurdo de la negación de Dios, del mismo modo que el crimen justifica la ley por medio de la reducción al absurdo de la negación de la ley. El carácter degenerado del estalinismo, se puede ver en el hecho de que justifica el capitalismo por reducción al absurdo de la negación del capitalismo, lo que expreso Trotsky diciendo que el estalinismo era la primera etapa de la contrarrevolución burguesa.
El instinto de vida esta representado por la Revolución Proletario Comunista. Desde esta perspectiva la Maquina Infoenergetica debe desarrollar y determinar la Revolución Comunista.
Para terminar conviene no olvidar lo que podríamos llamar el horror cósmico, el horror necrofobico, así como las otras variantes de horror que sobrepasan el miedo físico a morir y sufrir cualquier clase de vejaciones. En este caso ese miedo a lo sobrenatural o a lo cósmico, que sobrepasa lo cotidiano, ese miedo que sienten los animales cuando se produce un fenómeno infoenergetico como la aparición de un OVNI, o un fenómeno infoenergetico milagroso o sobrenatural ya sea de carácter divino o diabólico, y en donde el miedo no es sublimado anímicamente, nos sitúa ante la percepción del instinto de muerte en un sentido genotipico, en un sentido que sobrepasa al propio fenotipo y que abarca al genotipo general, no solo a una especie, sino a todas las especies. En este caso el temor es la reacción de todo aquello que representa la vida como proceso de evolución neolamarquiana de la biomasa, cuando frente al mismo se materializa como fuerza poderosa y activa ese algo que constituye una potencia vital alienada contraria a la vida y sometida al instinto de muerte, que se impone al instinto de vida como fuerza directriz de la evolución de la biomasa, en este caso estamos ante un proceso de involución sociocultural de la biomasa. Es lo que ocurre con la religión la cual representa la involución sociocultural de la biomasa por la acción del instinto de muerte, que ha usurpado la dirección del proceso evolutivo e iniciado una contraevolución.
Retorno.
De hecho el concepto de sociedad tradicional que definen Rene Genon y Julios Evola, nos expresa el estancamiento de la evolución sociocultural de la biomasa en una sociedad aristocrática, en donde la potencia evolutiva de la biomasa es empleada en la reproducción de un orden social considerado como la emanación de la fuente espiritual del cosmos. Pero que realmente no es otra cosa que el triunfo del instinto de muerte sobre el instinto de vida, como lo son la totalidad de las concepciones espirituales del mundo que se oponen a la evolución sociocultural de la biomasa hacia la sociedad comunista.
El horror metafísico que mata y actúa, aunque revista formas fenomenologicas, aunque se materialice como un conjunto de gases ionizados holograficamente modulados, representa la concentración de una potencia vital alienada y parasitada por el instinto de muerte, que permite destruir una vida que estaba dominada por el instinto de muerte y que ha permitido al instinto de muerte destruirla, logrando una victoria fenotipica y genotipica, pues el miedo expresa dos cosas, por un lado la debilidad ante el instinto de muerte y por otro lado la sumisión al mismo. El temor a lo sobrenatural en quien posee una concepción coherentemente fundada sobre el materialismo dialéctico, tiene su lógica en el conocimiento de la existencia de una parte alienada de si mismo, de modo que el miedo es una forma de impedir que la parte alienada de si mismo habrá la puerta de la ciudadela de la vida a la potencia emancipada del instinto de muerte, en tanto que la no sumisión implica el proceso en función del cual esa parte alienada va siendo emancipada e integrada en el instinto de vida, que representa el proceso de desarrollo del centralismo ideológico, en tanto que proceso de emancipación anímica de la conciencia respecto al instinto de muerte, integrándose en el instinto de vida que se proyecta como Súper-Ello.
Es conveniente no olvidar que el Súper-Yo y el Yo, no son una relación evolutiva desde un nivel inferior o Yo, hasta un nivel superior o Súper-Yo. En este aspecto el Yo es el desarrollo sociocultural del instinto de vida, el Súper-Yo es el desarrollo sociocultural del instinto de muerte. Sobre esta base el desarrollo del Súper-Yo define el desarrollo sociocultural de la contrarrevolución aristocrático-patriarcal, así como el inicio del desarrollo sociocultural del instinto de muerte.
El Ello nos define la potencia evolutiva del instinto de vida desprovisto de la capacidad de expresarse a través del Yo, salvo por un proceso de justificación por reducción al absurdo del Súper-Yo o expresión sociocultural del instinto de muerte. El Yo alienado es la humanidad escindida del instinto de vida. Instinto de vida que es el desarrollo evolutivo neolamarquiano de la biomasa, el cual conduce a la superación de la alienación del instinto de vida en función de la evolución sociocultural de la biomasa al alcanzar la plenitud de su potencia en la sociedad comunista.
El Yo alienado es por tanto la sombra de la humanidad, pues esta escindida del Ello, que es la potencia evolutiva de la vida. Siendo el Súper-Yo como expresión sociocultural del instinto de muerte, el que define esta alienación de la conciencia humana que constituye la realidad psíquica del homo sapiens servil, que define en su naturaleza el particularismo social de la propiedad privada con o sin clase dominante. La desintegración de la sociedad matriarcal conduce o bien a una sociedad aristocrático-patriarcal, o bien a una sociedad aristocrático-patriarcal sin aristocracia, en donde las mujeres vencidas por la rebelión aristocrático-patriarcal de los guerreros se convierten en la clase dominada y explotada, en tanto los hombres pasan a convertirse colectivamente en clase dominante y explotadora. Sin embargo en ambos casos tenemos el producto de una contrarrevolución aristocrático-patriarcal, o sea el de una sociedad aristocrática sin aristocracia.
Recordemos que esto descansa y se alza sobre el proceso de estancamiento involutivo de la sociedad comunista matriarcal cromañona en la etapa de esclavización de los nómadas, después de que había desaparecido la necesidad histórica de dicha esclavitud. En este caso la creación del homo sapiens servil en función de la manipulación sociocultural de las científicas cromañonas, al objeto de poder mantener indefinidamente la cómoda situación de una servidumbre que era socialmente innecesaria y definía un estancamiento de la evolución sociocultural de la biomasa. Por otro lado el proceso de dominación social de los guerreros cromañones sobre los nómadas neandertales esclavizados, definía una relación de servidumbre y dependencia absoluta de las mujeres del homo sapiens servil ante el amo cromañon, sobre todo cuando estas mujeres se hicieron mas atractivas y el hombre cromañon acostumbrado a un mando despótico y absoluto sobre sus esclavos, comenzó a resultarle irritante que las mujeres cromañonas le mandaran a el y le planteasen exigencias, que las serviles no le planteaban.
Señalemos que los grupos de gorilas, orangutanes y chimpancés, definen unos niveles de evolución sociocultural mayores de los que en principio se consideraría desde una perspectiva sociocultural simplista. Pero definen también el estancamiento bioecologico de la evolución sociocultural de la biomasa. Los bonobos expresan unas relaciones mas próximas a lo que serian el proceso de superación de la alienación de la evolución sociocultural de la biomasa, en el acondicionamiento bioecologico alienador. Pero a su vez expresan el estancamiento y alienación de dichas especies en dicho estadio. En este aspecto el ultimo estadio de la evolución sociocultural de la biomasa antes de llegar a los cromañones, es muy probable, que estuviera determinado por los neandertales, los cuales definirían el estancamiento bioecologico de una parte considerable de la humanidad. Frente a este estancamiento, los cromañones definirían la superación de la alienación bioecologica de la biomasa, dando nacimiento a la sociedad comunista matriarcal de la que habla Engels.
Actualmente los antropólogos han negado la existencia del carácter matriarcal de las sociedades primitivas, al comprobar que las sociedades primitivas que ellos estudian, o bien aquellas que vienen definidas por cronistas de diversas épocas, nos muestran a las mujeres alienadas, sometidas, oprimidas y explotadas por los hombres. Lo que ha llevado a los antropólogos basados en las falsas teorías evolutivas del neodarwinismo, a la conclusión de que las actuales sociedades primitivas, o aquellas que describen los cronistas de la antigüedad clásica, la edad media, el renacimiento, o los siglos XVII, XVIII, XIX y XX son equivalentes a las actuales. Es evidente que si uno comete el error de considerar que la vida en sus orígenes es un conjunto de fenotipos con una ligazón puramente externa entre si, estas conclusiones de un materialismo mecanicista o metafísico, que se superpone de forma alienante al materialismo dialéctico llevan a errores de muy grueso calibre y hacen que la ciencia sea incapaz de abordar con verdadero rigor y metodología los problemas verdaderamente complejos de la astrofísica, así como los procesos que definen la evolución bioecologica y sociocultural de la biomasa.
El desarrollo de la cultura humana, así como sus características especificas, sin olvidar los elementos matriarcales presentes en todas las culturas, tanto las mas primitivas como las mas avanzadas, aunque sea bajo la forma de tradiciones culturales negativas, así como de importantes tabúes destinados a impedir acciones o posibilidades de desarrollo a las mujeres, lejos de probar la inexistencia de una primitiva sociedad comunista matriarcal, creadora de las ciencias y las artes de la antigüedad, así como de un elevado y complejo caudal de conocimientos científicos y de potencialidades tecnológicas solo comparables a la época actual, nos sitúa ante el hecho de que las religiones y las creencias religiosas, no son otra cosa que la perversión y degeneración de los avanzados y sofisticados conocimientos científicos, de esa civilización que era capaz de manipular el computador ionosferico regulador y definidor de los procesos de evolución bioecologica y sociocultural de la biomasa.
Retorno.
Los mitos sobre la Atlántida, así como las diferentes informaciones que hablan sobre diversas cuestiones y aspectos culturales primitivos, que a veces se hacen coincidir con dioses cosmonautas, etc., son tan solo los ecos míticos de esta civilización en el proceso de deformación histórica aristocrático-patriarcal. De hecho los fenómenos infoenergeticos que van desde los milagros, la telepatía, las psicofonias, los OVNIS, los fenómenos parapsicológicos en general, no son mas que un producto generado por los mecanismos reguladores de la evolución sociocultural de la biomasa, que hoy son parasitados por la lucha de clases contrarrevolucionaria, que define la esclavización del instinto de vida por la contrarrevolución del particularismo social de la propiedad privada, la cual define así la primera forma de la misma, que corresponde a la contrarrevolución aristocrático-patriarcal, que elevo el instinto de muerte a potencia sociocultural y escindió el producto de la evolución sociocultural de la biomasa o Yo de la potencia evolutiva de la misma, que constituye el Ello. De esta forma el Súper-Ello como integración de la potencia evolutiva de la biomasa en el discurso revolucionario neotrotskysta, presupone el nacimiento de un Yo ideológico-intelectual frente al Yo estético-emocional.
De no ser por la contrarrevolución aristocrático-patriarcal que creo el Súper-Yo, el desarrollo del Yo estético emocional no se habría degenerado. Esto habría determinado la evolución del Yo estético-emocional como Yo ideológico-intelectual, siguiendo por tanto una línea natural de continuidad evolutiva. La ruptura de la continuidad evolutiva dentro de la evolución sociocultural de la biomasa, nos define la contrarrevolución estético-emocional del Súper-Yo, que solo puede ser superada por medio de una revolución ideológico intelectual del Súper-Ello.
Las tesis expuestas por Marx en el Programa de Ghota, así como las expuestas por Engels y Lenin al abordar el problema del desarrollo de la sociedad comunista, que caen dentro del proceso de transición, ignoraban por completo la existencia de esta contrarrevolución protohistorica del instinto de muerte contra la evolución sociocultural de la biomasa o instinto de vida, de ahí que su error derive de algo que no conocían al formular sus posiciones. En cuanto a Trotsky cuando aborda el problema creado por la contrarrevolución estalinista, se encuentra en la misma situación que Lenin cuando aborda el problema creado por la traición de la socialdemocracia. De hecho el propio Marx, debió de abordar el problema, pero este problema no fue abordado ni resuelto por ellos, siendo la causa de las gigantescas derrotas del movimiento obrero a lo largo del siglo XX, que mas que el siglo de la revolución proletaria ha sido el siglo de la contrarrevolución burguesa.
Si esta contrarrevolución protohistorica o lucha de clases contrarrevolucionaria controlada y definida por el instinto de muerte no hubiera existido, todos los planteamientos de Marx hubieran sido ciertos y correctos, pero al mismo tiempo toda la historia infrahumana de la humanidad habría terminado tras el triunfo de la civilización comunista matriarcal a escala planetaria. De esta forma el error de Marx esta en la interpretación burguesa del marxismo que hace el propio Marx, así como el error de Engels, de Lenin, de Trotsky y de Luxemburgo de hacer una interpretación burguesa del marxismo. De hecho los errores de Panekkoe también nacen de una interpretación burguesa del marxismo, que le llevan al igual que a Bordiga a asumir las tesis del capitalismo de estado, todo ello sin perjuicio de que su critica a Lenin respecto a que este no distingue claramente entre materialismo dialéctico y mecanicista sea cierta, pues Panekkoe al igual que sus seguidores razona de una forma mecanicista al no aceptar la tesis del estado obrero degenerado, ya que incapaces de distinguir claramente entre materialismo dialéctico y mecanicista, definían al estado obrero degenerado soviético y a los estados obreros deformados como estados burgueses de capitalismo de estado. Si hubieran razonado dialécticamente habrían encontrado sencillisimo el problema, la revolución social no produce una sociedad socialista sino una sociedad burguesa sin burguesía. Sin embargo como no lo hicieron cayeron en la visión mecanicista o metafísica del anarquismo, que piensa que la ética y la moral son valores positivos, cuando solo tienen la función de legitimar, justificar y hacer aceptable el particularismo social de la propiedad privada.
De hecho Lidia Falcon en su Razón Feminista hace una interpretación burguesa del marxismo, que le lleva a establecer una serie de parámetros sociales, cuya función real escapa a la consciencia de Lidia Falcon, pero no le impedirá llevarla hasta sus ultimas consecuencias, pues la personalidad burguesa esta morbosamente adherida a sus propias contradicciones. Supongo que alguien podría atribuirme el siguiente razonamiento:
Es posible que si Marx, Engels, Lenin, Trotsky y Luxemburgo vivieran hoy, no fueran capaces de desprenderse de sus condicionamientos contrarrevolucionarios, de forma que es posible que un gobierno revolucionario neotrotskysta, se viera obligado a llevar a cabo el exterminio de los mismos como activos agentes de la contrarrevolución estalinista o neoestalinista. Lo cual estaría plenamente justificado y seria perfectamente correcto si estas personas no fueran capaces de asumir consecuentemente las conclusiones del neotrotskysmo.
Este es un argumento de lo mas interesante y de lo mas descalificante siguiendo un planteamiento político fundamentado sobre la estética social del particularismo de la propiedad privada, que es aquel en el que se fundamenta la ética humana y sin adjetivos, cuya universalidad se da desde los bosquimanos, la Antigüedad Clásica, la Edad Media, la sociedad burguesa y el socialismo real de los hijos de Stalin, sin olvidarnos del socialismo democrático de los que venden paz social a la burguesía y fábulas burguesas a los trabajadores. La novela de Arthur Koestler sobre la rebelión de esclavos capitaneada por Espartaco, es un ejemplo de este tipo de razonamiento. En ella el Koestler pretendiendo hacer una novela histórica rigurosa, termina realizando un ejercicio de cinismo ético burgués dibujandonos a un Espartaco que hace crucificar a los disidentes de su ejercito. Sin embargo lo mas absurdo de este retrato es la deliberada y cínica omisión del hecho de que entre los romanos solo eran crucificados los peores criminales y los esclavos, siendo la pena de muerte en la cruz un signo de bajeza y vileza social, de forma que si Espartaco condeno a alguno de los suyos a muerte, lo hizo morir como un hombre libre y no como un esclavo, pues una ejecución en la cruz no habría sido tolerada. Sin embargo la razón de esta omisión no constituye otra cosa que un ejercicio de cinismo ético burgués en contra del estado obrero y a favor de la dictadura de clase de la burguesía, de forma que la ética o estética social burguesa sirve para justificar el poder burgués y condenar todo tipo de poder antiburgués, así como para afirmar cínicamente las interpretaciones burguesas del marxismo ya sean de Jose Stalin, de Koesltert, de Camus, Huxley o de Orwell en su Mil Novecientos Ochenta y Cuatro.
Señalemos que todo lo que se escribe y dice sobre el estalinismo por parte de quienes no son Trotskystas auténticos, ya se definan como marxistas o no, no constituye otra cosa que un ejercicio de cinismo ético burgués, con independencia de la sinceridad emocional de los implicados en dichos escritos o declaraciones.
Para terminar esta primera parte es necesario partir de dos hechos fundamentales, el objetivo de este capitulo previo, no era otro que abordar el problema de la naturaleza de la mujer como clase social, pero partiendo de la tesis de la Revolución Permanente y no de la tesis de la revolución por etapas, que es como la aborda Lidia Falcon, con el propósito de defender la contrarrevolución burguesa apoyandose en una revolución feminista deformada por la contrarrevolución democrático-burguesa, que es el verdadero significado y el verdadero objetivo estratégico del llamado feminismo científico, que escindido de la Revolución Permanente tiene la misma función que la revolución proletaria estalinista sin revolución permanente, siendo su carácter científico de la misma naturaleza que lo era el carácter científico del marxismo-leninismo de las diferentes versiones del estalinismo.
Retorno.
Llegados a este punto es conveniente que no perdamos de vista que Lidia Falcon en su obra La Razón Feminista establece que el hombre es una clase dominante y explotadora respecto a la mujer, definiendo la opresión como el dominio sociocultural que ejerce sobre la misma, en tanto que la explotación vendría definida por la apropiación que el hombre realiza respecto al producto de la reproducción, sin olvidar el trabajo de la crianza, así como todo el conjunto del trabajo domestico no pagado que la mujer realiza, junto a todo lo cual hay que añadir los servicios sexuales que la mujer presta al hombre, los cuales forman parte de este mismo proceso de trabajo no remunerado y del que el hombre como clase dominante se apropia. En este aspecto Lidia Falcon señala que todo este trabajo se realiza con solo la manutención y en algunos momentos sin ni siquiera esto, cuando la totalidad riqueza del hombre se apoya en el trabajo domestico de la mujer, y este se limita a comercializarlo en el mercado a lo sumo. En el caso de las sociedades burguesas desarrolladas, la autora de La Razón Feminista señala que el trabajo de la mujer fuera de casa incrementa la explotación económica de la mujer, ya que en este caso el hombre ni tan siquiera le aporta la manutención, cuyos costes cubre la mujer con su trabajo fuera de casa, al tiempo que el hombre obtiene gratuitamente todos los servicios y trabajos anteriores que el régimen de la producción domestica genera a favor del hombre en función de la explotación del trabajo de la mujer. En conclusión, podemos señalar que la autora indica que la mayor parte del plustrabajo realizado en la sociedad es generado por la mujer.
Este es un hecho que no se puede negar y que yo recogí en mi obra la Propiedad Sexual y el Comunismo, en la que establecí que la supervivencia del modo de producción domestico determina la imposibilidad del desarrollo del socialismo sobre la base de la sociedad burguesa sin burguesía que genera la revolución social si esta no se transforma en revolución permanente contra la sociedad burguesa sin burguesía. Por ello la contrarrevolución estalinista ademas de ser un producto coyuntural de unas circunstancias históricas define el estancamiento de la revolución socialista en la revolución social contra la burguesía, al tiempo que la incapacidad del trotskysmo para realizar la revolución política contra el estalinismo y salvar el estado soviético degenerado y regenerar los estados obreros deformados de Europa Oriental, ha sido una consecuencia de que esta no ha desarrollado la teoría de la revolución permanente hasta sus ultimas consecuencias. Tal y como lo ha realizado el neotrotskysmo en La Propiedad Sexual y el Comunismo y en El Programa de la Quinta Internacional. De esta manera y forma el concepto de neotrotskysmo, así como la alternativa de la Quinta internacional quedan plenamente justificadas.
Volviendo al tema de la Razón Feminista es conveniente plantearse no lo que Lidia Falcon piensa respecto a la teoría de la Revolución Permanente, o porque considera que la revolución proletaria ha tenido lugar y que ahora lo que hay que desarrollar es la revolución feminista. Lo que verdaderamente importa es el significado sociopolitico del rechazo de la revolución permanente, que es común no solo al estalinismo y al feminismo neoestalinista de Lidia Falcon (entendiendo estalinismo como la interpretación del marxismo en función de los parámetros culturales del particularismo social de la propiedad privada), sino al conjunto de los que se llaman trotskystas que realizan una aplicación limitada e inconsecuente de la teoría de la Revolución Permanente. Todo lo cual se conjuga con la afirmación de que no hay mujeres burguesas y que la raíz de toda explotación de clase esta en la explotación económica de la mujer por parte del hombre en función de la producción domestica. La degeneración burguesa de la revolución social contra la burguesía ha sido un producto del rechazo de la teoría de la Revolución Permanente, así como ha sido un rechazo inconsciente por parte de Trotsky y de los trotskystas lo que ha impedido a estos vencer a la contrarrevolución estalinista. De esta forma el papel objetivo del feminismo desligado del proceso dialéctico de la revolución permanente no será otro que salvar a la sociedad burguesa, pretendiendo emancipar a todas las mujeres, pero emancipando solo a las mujeres burguesas y convirtiendo a estas mujeres proletarias engañadas en soporte de la dictadura de clase de las mujeres burguesas. Ahora queda muy claro el verdadero significado de la frase de Lidia Falcon:
¡ NO HAY MUJERES BURGUESAS !
Las mujeres burguesas deberán engañar a las mujeres proletarias, para salvar a la sociedad burguesa y permitir a las mujeres burguesas alcanzar el poder.
Pero no termina todo aquí. La emancipación burguesa del hombre define toda una serie de contradicciones, como las define la emancipación burguesa de los trabajadores bajo el reformismo estalinista, de idéntica forma la emancipación burguesa de la mujer define toda una serie de contradicciones sociopoliticas, el resultado de esta serie de contradicciones es la negación y cuestionamiento sociocultural de todas estas emancipaciones a largo o medio plazo. Dentro de la sociedad burguesa y del particularismo social de la propiedad privada en general, la alienación de la mujer y la alienación de los trabajadores es consustancial, así como lo es la propia alienación de la conciencia humana en una fantasía metafísica llamada religión o trascendencia espiritual. De hecho el discurso del fascismo que pretende la reconstrucción burguesa de una sociedad tradicional o aristocrática, se ve refrendada en la literatura de ciencia ficción (Dune, La Guerra de las Galaxias) y la actual literatura fantástica (El señor de los anillos, Conan, Dragonlance, etc.)
No es posible ignorar que el fascismo es el resultado de tres hechos la imposibilidad de una emancipación burguesa de la humanidad, de los trabajadores y de la mujer. La integración de todas estas imposibilidades es el discurso sociocultural de Julios Evola y su materialización como imperio fascista mundial o como lucha mundial de imperios fascistas. El segundo hecho es la inexistencia de la libertad moral en tanto que capacidad de los individuos de ser libres ideológicamente en función del particularismo social de la propiedad privada, pues la conciencia humana sobre la base del particularismo social de la propiedad privada se funda en la estética social de la propiedad privada y no en la capacidad de interpretación ideológica de la realidad, lo cual solo se puede lograr en función de una visión del mundo fundamentada en el universalismo social de la propiedad colectiva, que solo puede nacer de la superación de la individualidad estético-emocional del Súper-Yo, sustituyendola por la individualidad ideológico-intelectual del Súper-Ello.