La magia animista es la primera forma de acción cognoscitiva sobre la
naturaleza, siendo su carácter producto del conocimiento intuitivo,
que podríamos definir como la asimilación subconsciente del
silogismo.
El silogismo aristotélico con sus tres términos
(premisa-medio-extremo) expresa las tres partes del silogismo
dialéctico (tesis-antítesis-síntesis). La cualidad del silogismo
formal o aristotélico, es la de separar los tres elementos
constituyentes del mismo, en tanto que la cualidad del silogismo
dialéctico es la simultaneidad de tesis (percepción), de antítesis
(discriminación) y de síntesis (autodiscriminación perceptiva).
En los animales superiores la antítesis es el elemento mas
desarrollado, pero no así la síntesis; de modo que la antítesis o
discriminación perceptiva, se expresa en el conjunto de acciones e
inhibiciones que constituyen el reflejo condicionado.
De momento hemos establecido que la intuición expresa la asimilación
de la síntesis como autodiscriminación perceptiva, frente a la tesis
como percepción ya la antítesis como discriminación perceptiva;
siendo el desarrollo del conocimiento el desarrollo del contenido de
la intuición. Expresándonos de otra forma podríamos decir que el
desarrollo del conocimiento, es el desarrollo del conocimiento
implícito de la intuición como conocimiento explícito.
En tanto que la autodiscriminación perceptiva o intuición, expresa el
desarrollo explícito del conocimiento implícito contenido en la
percepción y en la discriminación. La discriminación perceptiva
expresa el desarrollo explícito de la información contenida en la
percepción, como capacidad de reacción cinéticamente activa de la
materia viviente frente a los impactos y colisiones del medio que la
contiene.
El silogismo dialéctico percibido sin desarrollar y como una unidad
indivisible, constituye la intuición. El desarrollo de la lógica en
su base de razonamiento inductivo, constituye la objetivización
perceptiva de la tesis. La objetivización perceptiva de la antítesis,
constituye el razonamiento inductivo. La objetivización de la
síntesis constituye la dialéctica; con lo cual tenemos formulada la
configuración concreta de la totalidad de los aspectos o momentos
dialécticos, que de un modo preciso nos determinan el proceso
concreto del conocimiento, permitiéndonos pasar al análisis de los
procesos constituyentes de la magia animista. El desarrollo de la
magia animista expresa el conjunto de acciones, que llevan a la
configuración de una aparato psíquico, que permite conectar con el
campo bioplasmico de la biomasa y utilizar el campo psicobioplasmico
generado por la autodiscriminación perceptiva, para actuar como
elemento modulador del campo bioplasmico generado por la biomasa.
La biomasa determina de un modo concreto en su campo bioplasmico, la
interrelación de cada una de sus formas como la expresión del
intercambio de energía bioplasmica de los diversos organismos
diferenciados que la integran.
De esta forma la magia animista, que expresa la acción concentrada de
la tribu, creando un campo psicobioplasmico de carácter direccional,
determina primero el conocimiento y posteriormente la acción. Hay que
señalar que el campo psicobioplasmico constituye la expresión
primaria del conocimiento, siendo su desarrollo el aspecto
determinante de la magia animista, en su fase de formación.
En estas condiciones tenemos que se configuran las ideas-imágenes,
así como el conjunto de sonidos que asociados a dichas ideas-imágenes
hacen vibrar el campo bioplasmico de la tribu a una determinada
frecuencia de resonancia, determinando una orientación direccional
de las lineas de fuerza del mismo. En función de ello el campo
psicobioplasmico de la tribu entra en resonancia con el campo
bioplasmico de la biomasa/ o con alguno de los subcampos que
contiene, produciendo los conocidos efectos de formación de imágenes,
volúmenes y desplazamientos de masas. Las situaciones o efectos
citados constituyen el contenido de todos los fenómenos que se
expresan como manifestaciones de dioses, santos, demonios, hadas,
gnomos, elfos, espectros, extraterrestres, carros de fuego, navíos
voladores, seres surgidos del mar, etc.
Podemos decir que los fenómenos que tanto llaman la atención y se
consideran como extraordinarios, y para los cuales se han inventado
nuevas e inexistentes dimensiones, no son otra cosa que el prodúcete
de la condensación de plasma modulado a alta velocidad, que produce
los tres fenómenos físicos de formación de imágenes, volúmenes y
desplazamientos de masas.
La alta velocidad del plasma modulado por un campo de fuerza
psicobioplasmico, determina que al entrar en contacto con las
superestructuras moleculares de la materia viviente e inorgánica,
tenga todas las características de impenetrabilidad cuando forma
volúmenes. El campo bioplasmico modulado tridimensionalmente y con
una alta velocidad, presenta macroscópicamente como volumen las
mismas cualidades que la materia molecular.
En esencia una nave extraterrestre, no es otra cosa, al igual que sus
tripulantes que bioplasma condensado y modulado, cuya alta velocidad
determina las cualidades macroscópicas de impenetrabilidad, que
caracteriza a la materia cuya estructura tiene el grado de inercia
másico-volumétrica que caracteriza a la materia orgánica e inorgánica
de la corteza terrestre.
De esta forma tenemos claramente determinado el contenido explícito
de la magia, en tanto que fuerza de carácter físico, así como el
fundamento de su acción y origen, en tanto que producto del campo
psicobioplasmico modulado y orientado direccionalmente. Esta
orientación del campo psicobioplasmico modulado en el sentido de
di rece tonalidad, se realiza al enlazar la idea-imagen correspondiente
con el sonido que hace vibrar todo el cuerpo a un determinado ritmo,
produciendo la ordenación y orientación del campo psicobioplasmico
generado por el cuerpo humano.
Pensemos que un gramo de plasma a una velocidad de 100000 km/s,
tendría una energía de 100000 julios, siendo capaz de comunicar a una
masa de una tonelada una velocidad de 10 m/s, lo que nos dice con
toda precisión, que los milagros de desplazamientos de masas no
tienen nada de extraordinario y caen dentro de las leyes de la física,
o si lo prefieren los lectores de la biofísica.
En esencia este es el contenido fundamental de la magia animista, en
su aspecto podríamos decir físico, en tanto que que los componentes
químicos, tales como aquellos afectan al olfato, o que constituyen
compuestos a ingerir, persiguen también la ordenación direccional del
campo psicobioplasmico. Hablamos de efectos mágicos, no de acciones
destinadas a curar enfermedades, sino a adquirir poder sobre las
fuerzas naturales, utilizándolas en beneficio de fines humanos.
Con esto tenemos definido el elemento esencial que constituye el
contenido de la magia animista, así como la base sobre la que
descansa el poder mágico de formar imágenes, volúmenes y desplazar
masas.
Así podemos decir que la acción o acto mágico, puede definirse en
tanto que fenómeno actuante sobre la naturaleza, en una serie de
efectos físicos, fundamentados en la modulación del campo bioplasmico
generado por los seres vivos, por la acción moduladora del campo
psicobioplasmico generado por la autodiscriminación perceptiva o
conciencia. Este campo psicobioplasmico produciría los siguientes
efectos y se configuraría de la siguiente forma:
1) Orientación del campo bioplasmico de los seres vivos, adquiriendo
sus diferentes corrientes una orientación diferenciada definida, que
pone fin a la multitud de corrientes de direcciones divergentes, que
se neutralizan mutuamente.
2) Creación de esta orientación sobre la base de una introspección o
excitación rítmica, donde el sonido determina una orientación
direccional del campo bioplasmico, que alcanza a su vez una
frecuencia de resonancia común a todas las partes del mismo.
3) Configuración de ideas-imágenes y sonidos rítmicos, que expresan la
unidad de la autodiscriminación perceptiva y, de la vibración rítmica
que entra en resonancia con el campo bioplasmico, dándole una
frecuencia común que podría ser considerada como un efecto de
heterodinaje, a partir del cual se crea una frecuencia bioplasmica
común.
4) La formación de los reflejos psíquicos condicionados, que
configuran el comportamiento totémico, y que con el tiempo al
aumentar la complejidad de las relaciones sociales de producción, se
transforman en incondicionados.
5) La determinación de la conducta social a partir de la magia
animista, en función de comportamientos sociales totemicamente
condicionados por el campo psicobioplasmico heterodino formado por el
conjunto de individuos que constituyen la tribu.