EL TÓTEM COMO ALIANZA ENTRE LA TRIBU Y LAS FUERZAS DE LA NATURALEZA
El concepto de tribu vamos a usarlo en un sentido impreciso,
refiriéndonos indistintamente a una horda o a un grupo de hordas
interrelacionadas. entendiendo por tal todo grupo primitivo, simple
como en caso de la horda, con una estructura social mas compleja.
A este respecto vamos a utilizar el termino horda para denominar el
llamado matrimonio por grupos o sistema social poliandrogamico,
haciendo la distinción entre hordas endogamas y exogamas. Con
respecto a la gens, hay que señalar que esta es una organización
derivada de la exogamia y que implica un origen común de una serie de
gentes con respecto a la horda. Siendo precisos diriamos que todos
los miembros de una gens, podrían ser descendientes de una misma
horda, decimos podrían ser, debido a que la exogamia no solo podría
derivarse por fragmentación de una horda en función del crecimiento
de la misma, sino por articulación de varias hordas independientes en
su origen; pero estas hordas independientes en su origen, podrían por
incidencia o colisión geográfica llegar a articularse frente a la
presión de otras hordas o del medio, en una unidad superior
fundamentada sobre la exogamia.
En primer lugar debemos señalar que toda acción humana obedecía a un
objetivo o intención, como un cadáver que al perder el alma o vida
dejaba de ser lo que era, que todo movimiento debela estar animado
por un espíritu o alma; que en esencia lo mismo debía ocurrir con los
fenómenos meteorológicos como el viento y la lluvia, pues si alguien
soplaba sobre las hierbas o arrojaba agua, se producía el mismo
fenómeno que cuando llovía o hacia viento.
En estas condiciones todo cuerpo y todo ser estaba animado por un
espíritu o alma, que de un modo concreto determinaba que la vida
fuera el movimiento y el espíritu. Hemos de señalar que la
conciencia tiene su raíz en la autodiscriminación perceptiva, de modo
que la autodiscriminación perceptiva como origen de la conciencia y
fuerza motriz de la interpretación del mundo, determina que la
humanidad primitiva proyecte su conciencia sobre la naturaleza
animada y, sobre los movimientos geológicos, meteorológicos y
astronómicos.
La conclusión de esta proyección era que la naturaleza entera estaba
gobernada por espíritus semejantes a los que controlan el cuerpo
humano, los cuerpos de los animales, las lluvias, el viento, las
aguas, el Sol, la Luna, etc.
El animismo es la objetivización de la conciencia humana como fuerza
motriz independiente, como base y raíz de la totalidad de los
fenómenos, que la humanidad primitiva ve, observa y siente.
De esta forma se atribuye conciencia a todo lo que se mueve y existe,
hasta el punto de que puede decirse que el animismo es la raíz sobre
la que descansa la primera concepción e interpretación del mundo, así
como la forma primaria del comportamiento interpretativo.
De esta forma el animismo determina a su vez la necesidad de conocer
y dominar el medio, o mejor dicho la necesidad no viene dada por el
animismo, sino que este es el instrumento por medio del cual se trata
de realizar la necesidad de conocer y dominar el medio, para lo cual
se busca la alianza entre los espíritus que gobiernan las fuerzas
naturales de las que depende directamente la existencia de la tribu.
En esta primera fase no hay relaciones de tipo negativo, pues la
exogamia no constituye una necesidad social, motivo por el cual no
existen exigencias de contraprestraciones por parte del tótem a la
tribu.
Podemos decir que de este modo se establece el conocimiento por
proyección de la propia conciencia, y se desarrollan dos aspectos
del animismo, uno de ellos la comunicación e introspección con la
naturaleza, el otro inicio de la utilización de las fuerzas naturales
en beneficio humano.
Los ritos mágicos colectivos de la tribu les permiten discriminar de
una manera inductiva la acción de las fuerzas naturales, penetrar y
deducir por analogía animista, las leyes de la naturaleza analógica,
constituida por la conciencia monomica que les pone visualmente en
contacto con las fuerzas de la naturaleza y sus personificaciones, al
tiempo que por medio del campo bioplasmico siguen los desplazamientos
de los animales, obteniendo la información y el conocimiento de la
vida animal, así como la sensación de las estaciones, que determinan
las idas y venidas de los animales.
De esta forma la horda poliandrogama endogama, que forma un todo
orgánico sobre la base de la comunión sexual, expresa un desarrollo
del conocimiento de la naturaleza, y una acción colectiva sobre las
fuerzas de la naturaleza con la cual están en conexión bioplasmica, o
sea con los espíritus de la naturaleza, como denominan al campo
bioplasmico modulado generado por la biomasa.
Campo que actúa como modulador biológico de la corriente o campo
plásmico solar, determinando a su vez una adaptación-regulación de la
energía solar, que recibe una modulación biológica, haciendo la
atmósfera de electrodo introductor de esta modulación, al ser
polarizada por el campo bioplasmico de la biomasa.
Sobre esta comunión de los miembros de la tribu en función de la
poliandrogamia endogama, descansa lo que podríamos denominar el
animismo primitivo, que se basa en la proyección objetiva de la
comunión sexual endogama, que se traduce en una alianza o comunión
positiva entre el tótem y la tribu.
Hemos establecido que el animismo de la horda endogama expresa
respecto a los espíritus o fuerzas naturales una comunión positiva
sin contraprestaciones negativas, como ocurre posteriormente cuando
la exogamia aparece como una institución reguladora del orden social.
Como hemos dicho el desarrollo posterior de la exogamia, determina
una modificación del tótem en su relación con la tribu y los miembros
que la forman. La necesidad de una articulación social superior a la
horda, determina por parte de la tribu la necesidad de vencer el
particularismo de la horda, configurado por la endogamia. la
necesidad de incrementar la capacidad de respuesta frente a la
presión del medio o de otras hordas/ determino con toda probabilidad
la necesidad de crear una unidad de varias hordas. Esta unidad de
hecho determino una superación del particularismo de las hordas en
principio, en las fases de cooperación positiva, en función de la
exogamia preceptiva; o sea planteando la exogamia como norma general
y como expresión puramente positiva de la unidad social superior a la
horda.
Sin embargo la exogamia no podía vencer el particularismo que la
endogamia generaba en cada horda y sus miembros, cuando llegaban los
momentos críticos y difíciles.
Comprobada la influencia negativa del particularismo endogamo, se
llego finalmente a la conclusión de que el tótem estaba contra la
unidad, de modo que se planteo que el tótem permitiera que fuera
posible la unidad venciendo las dificultades que se oponían a ella.
Hay que señalar que el razonamiento no fue silogístico o deductivo,
si no intuitivo; lo que nos sitúa ante el hecho de que la necesidad
es percibida, pero al planteamiento del problema y la solución del
problema no son percibidos en forma separada sino formando una
unidad. Afinando mas di riamos que la conciencia emocional, es incapaz
de diferenciar el planteamiento de un problema y su solución, de modo
que produce conjuntamente ambos o no produce ninguno.
De esta forma la consulta al tótem para lograr la unidad de las
hordas y el favor del tótem en dicho propósito, frente a las adversidades
que determinaban la ruptura de la unidad, se resolvió en función de
un razonamiento intuitivo. Esto no esta tan alejado de la
civilización burguesa, en donde se razona que si se cumplieran las
normas éticas y legales no habría problemas, pasando por alto que la
base de la conducta y del particularismo antisocial son las
relaciones sociales de producción burguesas, que están cimentadas
sobre el particularismo social de la propiedad privada, que
constituye una forma de apropiación del plusproducto social por parte
de un aparato administrativo burgués, que descansa sobre las
relaciones derivadas de la propiedad privada sobre los medios de
producción, y que originariamente se fundamenta en la creación de una
superestructura que constituyo el estado de casta al crearse la
agricultura extensiva.
Pero volviendo a nuestro tema señalaremos que finalmente la
necesidad orgánica de obtener una unidad social cohesionada frente a
la presión del medio, libre de los avalares del particularismo
endogamo y de la manifestación negativa de la endogamia frente a la
unidad suprahordica, llevo finalmente al establecimiento de la
endogamia negativa.
La exogamia negativa llevaba implícitamente la ampliación de la
tribu, pues la relación entre las hordas no rivales era la exogamia;
pero a partir de este momento, la exogamia llevaba la prohibición
explícita de la endogamia. De esta forma tenemos el inicio del
totemismo negativo, en tanto que comenzaba la poliandrogamia exogama,
dando inicio al transito desde el salvajismo a la civilización. Que
expresa la forma negativa, que crea las bases de la propiedad
privada, a medida que el crecimiento demográfico tiende a causar la
dispersión, pues de hecho la horda endogama tiene un limite a partir
del cual, su crecimiento tiende a fragmentarla creando nuevas
unidades independientes, que en función de su particularismo
endogamo, tienden a debilitar la capacidad de respuesta frente al
medio. Determinado esta perdida de capacidad de respuesta frente al
medio o mejor dicho frente a la presión del medio, reforzado todo
ello por la convergencia del particularismo de cada horda sobre un
mismo territorio, la necesidad de establecer un pacto o ley humana
dictada por medio del tótem, ante la imposibilidad de sostener las
conquistas alcanzadas frente al medio, sobre la base de la ley
natural de la horda articulada sobre la poliandrogamia endogama.
De esta forma el desarrollo de las fuerzas productivas, que en esta
primera fase, se manifiesta aparte de los instrumentos, en el
crecimiento demográfico como fuente y motor.
Siendo en esta etapa el crecimiento demográfico, la principal
expresión del desarrollo de las fuerzas productivas, al tiempo
que el particularismo endogamo determina la necesidad de generar una
estructura social, que se articule de un modo creciente sobre la
unidad de las fuerzas productivas de la tribu en su conjunto, que
entran en contradicción creciente con el particularismo endogamo de
la poliandrogamia.
Podemos decir que se pasa de la organización social fundamentada
sobre las relaciones sexuales comunistas, a la organización social
fundamentada sobre la articulación política de la tribu. De esta
forma tenemos que la tribu tiende a articularse sobre bases
políticas, frente a la articulación sexual de la poliandrogamia.
A partir de aquí el tótem comienza a ser la expresión de la represión
de la conducta sexual endogama, y de un modo creciente la conducta
sexual poliandrogama, tiende a sufrir cada vez mayores restricciones,
hasta desaparecer por completo.
Con esto damos por terminado el tema del primer capitulo sobre el
animismo, que hemos completado con el estudio del tótem. Y tenemos
como elemento a destacar, que la introducción de la exogamia como
exigencia del tótem para mantener la alianza entre la tribu y las fuerzas
naturales de las que depende la tribu y su supervivencia, nos define el paso
del totemismo puramente positivo al totemismo negativo; caracterizado
por el hecho de que el tótem regula la conducta individual y
colectiva de los miembros de la tribu, de un modo coactivo.
De este modo el tótem se transforma en la base de la legislación
social, siendo la primera norma social o fundamento de la misma la
exogamia, que al desarrollarse perdiendo su carácter coactivo, se
convierte en el fundamento de la moral.
La conducta sexual exogama es pues la base sobre la cual, se
desarrolla el proceso productivo, que sobre la base de la agricultura
extensiva, determina el desarrollo de la división social del trabajo,
configurando posteriormente la formación de la aristocracia, la
extinción de las relaciones producción tribales y el desarrollo de la
propiedad privada como institución reguladora de las relaciones de
producción, a partir de la cual nace el intercambio mercantil y
posteriormente la producción mercantil con el intercambio de
mercancías entre productores independientes, que finalmente al
generalizarse, liquidando las trabas aristocrático-feudales,
determinan el pleno desarrollo de la propiedad privada burguesa como
fundamento de las relaciones sociales de producción.