LA CONQUISTA DEL PAÍS DE MORFEO CAPITULO VI – La Civilización y el Transito del Animismo a lo Cósmico.

LA CONFIGURACIÓN DE LA CIVILIZACIÓN Y LA TRANSICIÓN DEL ANIMISMO A LA

CONCEPCIÓN CÓSMICA

La civilización expresa el paso de la economía recolectora a la

economía fundamentada sobre la producción agropecuaria.

Esta transición constituye de hecho el inicio de la división del

trabajo, así como el paso desde un animismo elemental a un animismo

cósmico, que se expresa y configura como el paso de los animales y

seres totémicos a los dioses totémicos, con cuerpos compuestos de

carácter humano y animal.

El animismo cósmico, tuvo con toda probabilidad en su primera fase

una carácter lunar, en tanto que en su fase segunda tuvo un carácter

solar, aunque cabe la posibilidad de que el desarrollo sea algo mas

zigzagueante. De hecho hay dos animismos cósmicos, que son el de los

pueblos turanios y, el de los pueblos llamados por la tradición arios

(entre los cuales se incluyen los judíos mal que les pese a los

antisemitas).

Sobre esta base tenemos que el zodiaco como expresión del animismo

cósmico, define el transito del animismo elemental al superior.

Sin embargo teniendo en cuenta que el zodiaco chino viene expresado

por doce animales, hemos de señalar que en esto no se diferencia del

zodiaco solar, pues de hecho los ciclos del zodiaco chino coinciden

con el movimiento de retrogradación de la Tierra. Correspondiendo

los ciclos de doce años del zodiaco chino a subdivisiones del

zodiaco occidental, en el ciclo cósmico de retrogradación.

Por ello en lugar de perdernos en tediosas definiciones y

comparaciones, partiremos de que el movimiento de retrogradación que

determina las eras, realiza en función de los cincuenta segundos de

retrogradación anuales un periodo completo de retrogradación cada

25920 años, teniendo un grado de dicho periodo zodiacal completo una

duración de 72 años, que corresponde a una sexta parte de un periodo

de 12 años o sea diez minutos del ciclo zodiacal de 25920 años.

De esta forma tenemos que el zodiaco chino constituye el zodiaco

basado en el movimiento de retrogradación de la Tierra, que toma como

dato de referencia la Luna, en tanto que el zodiaco hindú y caldeo

toma por base el movimiento de la Tierra en el sentido

geocéntrico, siendo un zodiaco genetlialógico. El cual a su vez se

enlaza con el lunar si consideramos que el recorrido de los nódulos

es de 18 años. Lo que implica que el desplazamiento de los nódulos

lunares coincide con el gran ciclo zodiacal cada 72 años o sea cada

grado del gran ciclo zodiacal.

Pero volviendo al tema concreto y sin perdernos en estas

definiciones, que por ahora no nos interesan, señalaremos que el

animismo cósmico, refleja el paso de una economía recolectiva a una

economía agropecuaria, donde los ciclos de la naturaleza tienen una

gran importancia para poder prever las épocas de abundancia y

escasez, los momentos mejores para recoger las cosechas, la mejor

hora para los nacimientos, etc. En una palabra el paso de una

economía recolectora, con menores niveles de previsión y organización

social a una economía agropecuaria con una mayor exigencia de

previsión y organización social, determina el paso del animismo

naturalista al animismo cósmico del zodiaco.

La cualidad esencia del totemismo es el desarrollo del conjunto de

comportamientos sociales condicionados, para tener el favor del

tótem, en tanto que a este respecto se comienzan a desarrollar

múltiples totems, así como un tótem que preside a los otros.

La configuración de la conciencia emocional deductiva unificada,

determina el pleno desarrollo del condicionamiento en función del

contenido arquetípico. Contenido arquetípico cuyas características ya

hemos desarrollado en el capitulo anterior.

Los animales totémicos adquieren una dimensión cósmica, que viene

expresada en el desarrollo de unas cada vez mas potentes y complejas

relaciones de producción, que dan lugar a un proceso de dispersión

generado por el desarrollo de las fuerzas productivas, conjuntamente

con una necesidad de centralización, que exige y plantea la creciente

división del trabajo.

El paso del animismo natural al animismo cósmico, es el producto de

la crecimiento división del trabajo generada por la agricultura. Lo que

esencialmente se expresa en un desarrollo y reforzamiento de la

individualidad moral, que define el desarrollo del contenido totémico

en su expresión arquetípica.

Con lo cual se tiende a una sistemática degradación arquetípica de

las formas y modos de comportamientos contrarios a la individualidad

moral.

La cualidad esencial que caracteriza a esta concepción cósmica, es el

desarrollo de la religión, que implica como tal el desarrollo de un

animismo cósmico. Podemos decir que la religión es el paso de un

animismo natural inductivo a un animismo cósmico deductivo.

En este aspecto la religión descansa sobre el proceso de

individualización del tótem y expresa simultáneamente el desarrollo

de las relaciones de producción agropecuarias, que se convierten en

el eje sobre el que descansa la existencia de la sociedad, a

diferencia del animismo natural que corresponde a la economía

recolectora.

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