LA CONQUISTA DEL PAÍS DE MORFEO CAPITULO VII – El desarrollo de la Civilización Aristocrática.

EL DESARROLLO DE LA ARISTOCRACIA COMO EXPRESIÓN DE LA CIVILIZACIÓN

La dispersión que origina socialmente el crecimiento demográfico, así

como la dispersión geográfica al incrementarse el espacio dedicado a

la agricultura en el desarrollo de la producción agropecuaria, llevan

a la necesidad de desarrollar toda una serie de trabajos auxiliares

del trabajo productivo, que antes eran ejecutados por individuos

aislados (carentes de un carácter colectivo que los distinguiera de

los demás miembros de la comunidad)/ tales como el brujo el

hechicero, los elementos mas diestros o capacitados en el ejercicio

de cualquier actividad, etc.

Así como el animismo natural sirve de base para la organización

social demográfica, la transición del animismo natural al cósmico,

tiene la función de construir un orden social fundamentado sobre la

división del trabajo.

A este respecto aparecen tres funciones auxiliares, que son la

planificación de la actividad productiva, la infraestructura

permanente que exige la producción agropecuaria para mantener un

nivel de eficacia constante y, finalmente el desarrollo de una

actividad defensiva permanente, frente a la presión de las otras

tribus, a quienes el desarrollo desigual y combinado no haya

favorecido y adopten la actitud mas cómoda de robar a los que

fundamentan su economía sobre la producción agropecuaria.

Así tenemos los almaceneros y gentes que cuidan del mantenimiento de

los almacenes, obras hidráulicas, etc. Luego los planificadores, que

ejercen funciones que corresponden a los hechiceros, que a partir de

ahí se transforman en sacerdotes al planificar a través de sus

relaciones con el tótem la actividad económica de la comunidad

agrícola. Los administradores o almaceneros, cubren junto con los

sacerdotes que consultan el tótem cósmico, las funciones económicas

de administración y planificación. Finalmente están los guerreros

especializados en la defensa de la comunidad agrícola.

Finalmente los que se dedican al trabajo productivo, aprovechan los

intervalos para construir instalaciones tales como obras

hidráulicas, templos, lugares de almacenamiento, etc. Tenemos pues

cuatro clase de trabajo que son:

1) Trabajo productivo.

2) Trabajo administrativo y de conservación.

3) Trabajo defensivo.

4) Trabajo de planificación.

Esta división del trabajo no elimino la soberanía de las asambleas de

la comunidad, pero transfirió una parte de esta soberanía a los

guerreros, planificadores y administradores. Al tiempo que la

dispersión y contradicciones entre los productores, así como la

creciente influencia de la planificación de los sacerdotes, y los

conflictos surgidos, fue determinando que estas divisiones del

trabajo fueran adquiriendo el carácter de órganos de creciente

autonomía y poder, que emanaba de dos hechos:

1) La creciente concentración del plusproducto y su distribución

centralizada, en función de las exigencias planteadas por el

desarrollo de la producción agrícola.

2) Creciente intervención de la milicia permanente, en función de la

dispersión, de las desigualdades existentes entre los diversos grupos

de trabajo, y del crecimiento del particularismo tribal de los

diferentes grupos de trabajo, que hacia a las asambleas incapaces de

decidir nada por la división interna de las mismas, obligando a

recurrir al juicio del tótem para decidir el litigio, así como el

empleo de la milicia para resolver determinados conflictos o choques

entre los diferentes grupos de trabajo.

De esta forma se configura una superestructura burocrática, que de un

modo sistemático va asimilando y ejerciendo una influencia creciente

sobre la comunidad, que tiende a acentuarse en la medida en que el

desarrollo de la exogamia impone de un modo sistemático el paso de la

conducta sexual sindiásmica a la monogamia y el patriarcado.

Finalmente el conjunto de contradicciones crecientes, determina la

necesidad de superar las dificultades, cohesionando en mayor medida

la superestructura productiva, por medio de un sistemático

crecimiento, que lleva finalmente a la necesidad de mantener la

cohesión de la comunidad agrícola, por medio de la creación de un

enteres particular, que se imponga sobre las tendencias centrifugas

de de las organizaciones de base. De modo que desde una determinación

cósmica de la vida, se pasa al patriarcado como elemento de

concentración y cohesión, sobre la base del carácter hereditario de

las funciones administrativas o auxiliares.

Sin embargo es necesario senj alar, que en un principio no se heredan

estas funciones concretas, sino el carácter colectivo de estas

funciones.

La creación de un fondo social de reserva para los años difíciles,

realizandose almacenes de viveros y semillas, así como los trabajos

generales de preparación de la infraestructura productiva, son la

expresión del desarrollo del plustrabajo social el cual tiende a

adquirir una creciente autonomía, como elemento supresor de las

tendencias dispersivas de la infraestructura productiva, así como

regulador de la actividad de la misma.

De esta forma el primitivo plustrabajo social, que en un principio

permanecía ligado a la comunidad agrícola, tiende a ganar autonomía

en la medida en que se manifiesta y expresa a través de agentes

humanos, cuya cualidad como capa social dirigente frente a los

productores se acentúa cada vez en mayor medida.

Podemos decir que el desarrollo desde el inicio de la producción

agropecuaria como fundamento del orden social, hasta el nacimiento de

la institución social del patriarcado, que consolida y determina el

nacimiento de la aristocracia como clase dominante esta mercado por

la creciente autonomía respecto a los productores del plustrabajo

social. Pues el patriarcado no es una institución social en sus

orígenes derivada de la familia, es por el contrario la expresión del

nacimiento de la aristocracia como clase, sobre la base de la

transmisión hereditaria de las principales funciones politice

administrativas, en función del creciente proceso de especialización

y división social del trabajo.

La creciente autonomía del plustrabajo social frente a los

productores, constituye el proceso socioeconómico, que lleva a la

configuración del estado de casta, que finalmente se transforma en

estado aristocrático.

La administración del plustrabajo social por la burocracia

administrativa, expresa y constituye de hecho la base y fundamento de

su poder.

El conjunto de procesos que expresa esta etapa, se manifiesta en la

aristocracia militar, la casta sacerdotal y la burocracia

administrativa. De la burocracia administrativa deriva la

aristocracia patricia.

El si este proceso se desarrolla gradual o imperceptiblemente, o si

se produce como consecuencia de acciones de fuerza, que tienden a

usurpar la soberanía de los productores en beneficio de los

administradores, no constituye una interpretación exacta. Decimos que

no constituye una interpretación exacta debido al hecho de que el

problema concreto se manifiesta en un desarrollo desigual y combinado

de la sociedad de castas, de la cual surgirá la clase aristocrática,

al transformarse las jefaturas militares y los cargos administrativos

superiores en hereditarios.

Sintetizando di riamos que el desarrollo de la sociedad aristocrática,

es el producto final de las contradicciones generadas por la sociedad

de castas, como producto de la división social del trabajo en una

sociedad cuyos cimientos se asientan sobre la producción

agropecuaria.

La civilización en su fase inferior, es el desarrollo autónomo del

plustrabajo social, que conduce a la formación de la aristocracia

como clase dominante, resolviendo la contradicción creada por el

desarrollo de la sociedad de castas como expresión racionalizada de

la división del trabajo, que determinaba el desarrollo de una

producción agropecuaria extensiva.

Para determinar esta división del trabajo se utilizo el totemismo, al

igual que antes se había utilizado para organizar las particiones

demográficas en hordas y gens exogamas.

Sin embargo el totemismo, que determinaba la división y

especialización del trabajo, es un totemismo de cósmico que da origen

al zodiaco.

De hecho el aire, el fuego, el agua y la tierra; corresponden a los

hechiceros (aire), a los guerreros (fuego), a los almaceneros (agua)

y a los productores (tierra).

De esta forma el desarrollo del zodiaco determina una conducta

totémica generadora de una serie de comportamientos condicionados,

que se originan como productos de largos siglos de totemismo

animista, que dan lugar a una serie de comportamientos

psicosomáticos incondicionados, en función de la racionalización

social del trabajo por medio del animismo cósmico del zodiaco.

De esta forma tenemos claramente establecida esta etapa de desarrollo

del proceso productivo, en función del condicionamiento de la

conducta humana por medio del animismo natural correspondiente a la

economía recolectora, que finalmente se convierten en

comportamientos psicosomáticos incondicionados, sobre los cuales se

determina el condicionamiento social regulador de las relaciones de

producción en la economía agropecuaria.

Regulación que se expresa en la constitución de las castas, y que

posteriormente, , al producirse el desarrollo de la propiedad privada

sobre los medios de producción, y la formación del comercio, sentaran

las bases para un serie de comportamientos condicionados, que

constituyen la sociedad burguesa, y que tendrán por base la

transformación en incondicionales de los comportamientos sociales

condicionados que son regulados preceptivamente por el zodiaco en la

sociedad de castas.

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