EL DESARROLLO DE LA ARISTOCRACIA COMO EXPRESIÓN DE LA CIVILIZACIÓN
La dispersión que origina socialmente el crecimiento demográfico, así
como la dispersión geográfica al incrementarse el espacio dedicado a
la agricultura en el desarrollo de la producción agropecuaria, llevan
a la necesidad de desarrollar toda una serie de trabajos auxiliares
del trabajo productivo, que antes eran ejecutados por individuos
aislados (carentes de un carácter colectivo que los distinguiera de
los demás miembros de la comunidad)/ tales como el brujo el
hechicero, los elementos mas diestros o capacitados en el ejercicio
de cualquier actividad, etc.
Así como el animismo natural sirve de base para la organización
social demográfica, la transición del animismo natural al cósmico,
tiene la función de construir un orden social fundamentado sobre la
división del trabajo.
A este respecto aparecen tres funciones auxiliares, que son la
planificación de la actividad productiva, la infraestructura
permanente que exige la producción agropecuaria para mantener un
nivel de eficacia constante y, finalmente el desarrollo de una
actividad defensiva permanente, frente a la presión de las otras
tribus, a quienes el desarrollo desigual y combinado no haya
favorecido y adopten la actitud mas cómoda de robar a los que
fundamentan su economía sobre la producción agropecuaria.
Así tenemos los almaceneros y gentes que cuidan del mantenimiento de
los almacenes, obras hidráulicas, etc. Luego los planificadores, que
ejercen funciones que corresponden a los hechiceros, que a partir de
ahí se transforman en sacerdotes al planificar a través de sus
relaciones con el tótem la actividad económica de la comunidad
agrícola. Los administradores o almaceneros, cubren junto con los
sacerdotes que consultan el tótem cósmico, las funciones económicas
de administración y planificación. Finalmente están los guerreros
especializados en la defensa de la comunidad agrícola.
Finalmente los que se dedican al trabajo productivo, aprovechan los
intervalos para construir instalaciones tales como obras
hidráulicas, templos, lugares de almacenamiento, etc. Tenemos pues
cuatro clase de trabajo que son:
1) Trabajo productivo.
2) Trabajo administrativo y de conservación.
3) Trabajo defensivo.
4) Trabajo de planificación.
Esta división del trabajo no elimino la soberanía de las asambleas de
la comunidad, pero transfirió una parte de esta soberanía a los
guerreros, planificadores y administradores. Al tiempo que la
dispersión y contradicciones entre los productores, así como la
creciente influencia de la planificación de los sacerdotes, y los
conflictos surgidos, fue determinando que estas divisiones del
trabajo fueran adquiriendo el carácter de órganos de creciente
autonomía y poder, que emanaba de dos hechos:
1) La creciente concentración del plusproducto y su distribución
centralizada, en función de las exigencias planteadas por el
desarrollo de la producción agrícola.
2) Creciente intervención de la milicia permanente, en función de la
dispersión, de las desigualdades existentes entre los diversos grupos
de trabajo, y del crecimiento del particularismo tribal de los
diferentes grupos de trabajo, que hacia a las asambleas incapaces de
decidir nada por la división interna de las mismas, obligando a
recurrir al juicio del tótem para decidir el litigio, así como el
empleo de la milicia para resolver determinados conflictos o choques
entre los diferentes grupos de trabajo.
De esta forma se configura una superestructura burocrática, que de un
modo sistemático va asimilando y ejerciendo una influencia creciente
sobre la comunidad, que tiende a acentuarse en la medida en que el
desarrollo de la exogamia impone de un modo sistemático el paso de la
conducta sexual sindiásmica a la monogamia y el patriarcado.
Finalmente el conjunto de contradicciones crecientes, determina la
necesidad de superar las dificultades, cohesionando en mayor medida
la superestructura productiva, por medio de un sistemático
crecimiento, que lleva finalmente a la necesidad de mantener la
cohesión de la comunidad agrícola, por medio de la creación de un
enteres particular, que se imponga sobre las tendencias centrifugas
de de las organizaciones de base. De modo que desde una determinación
cósmica de la vida, se pasa al patriarcado como elemento de
concentración y cohesión, sobre la base del carácter hereditario de
las funciones administrativas o auxiliares.
Sin embargo es necesario senj alar, que en un principio no se heredan
estas funciones concretas, sino el carácter colectivo de estas
funciones.
La creación de un fondo social de reserva para los años difíciles,
realizandose almacenes de viveros y semillas, así como los trabajos
generales de preparación de la infraestructura productiva, son la
expresión del desarrollo del plustrabajo social el cual tiende a
adquirir una creciente autonomía, como elemento supresor de las
tendencias dispersivas de la infraestructura productiva, así como
regulador de la actividad de la misma.
De esta forma el primitivo plustrabajo social, que en un principio
permanecía ligado a la comunidad agrícola, tiende a ganar autonomía
en la medida en que se manifiesta y expresa a través de agentes
humanos, cuya cualidad como capa social dirigente frente a los
productores se acentúa cada vez en mayor medida.
Podemos decir que el desarrollo desde el inicio de la producción
agropecuaria como fundamento del orden social, hasta el nacimiento de
la institución social del patriarcado, que consolida y determina el
nacimiento de la aristocracia como clase dominante esta mercado por
la creciente autonomía respecto a los productores del plustrabajo
social. Pues el patriarcado no es una institución social en sus
orígenes derivada de la familia, es por el contrario la expresión del
nacimiento de la aristocracia como clase, sobre la base de la
transmisión hereditaria de las principales funciones politice
administrativas, en función del creciente proceso de especialización
y división social del trabajo.
La creciente autonomía del plustrabajo social frente a los
productores, constituye el proceso socioeconómico, que lleva a la
configuración del estado de casta, que finalmente se transforma en
estado aristocrático.
La administración del plustrabajo social por la burocracia
administrativa, expresa y constituye de hecho la base y fundamento de
su poder.
El conjunto de procesos que expresa esta etapa, se manifiesta en la
aristocracia militar, la casta sacerdotal y la burocracia
administrativa. De la burocracia administrativa deriva la
aristocracia patricia.
El si este proceso se desarrolla gradual o imperceptiblemente, o si
se produce como consecuencia de acciones de fuerza, que tienden a
usurpar la soberanía de los productores en beneficio de los
administradores, no constituye una interpretación exacta. Decimos que
no constituye una interpretación exacta debido al hecho de que el
problema concreto se manifiesta en un desarrollo desigual y combinado
de la sociedad de castas, de la cual surgirá la clase aristocrática,
al transformarse las jefaturas militares y los cargos administrativos
superiores en hereditarios.
Sintetizando di riamos que el desarrollo de la sociedad aristocrática,
es el producto final de las contradicciones generadas por la sociedad
de castas, como producto de la división social del trabajo en una
sociedad cuyos cimientos se asientan sobre la producción
agropecuaria.
La civilización en su fase inferior, es el desarrollo autónomo del
plustrabajo social, que conduce a la formación de la aristocracia
como clase dominante, resolviendo la contradicción creada por el
desarrollo de la sociedad de castas como expresión racionalizada de
la división del trabajo, que determinaba el desarrollo de una
producción agropecuaria extensiva.
Para determinar esta división del trabajo se utilizo el totemismo, al
igual que antes se había utilizado para organizar las particiones
demográficas en hordas y gens exogamas.
Sin embargo el totemismo, que determinaba la división y
especialización del trabajo, es un totemismo de cósmico que da origen
al zodiaco.
De hecho el aire, el fuego, el agua y la tierra; corresponden a los
hechiceros (aire), a los guerreros (fuego), a los almaceneros (agua)
y a los productores (tierra).
De esta forma el desarrollo del zodiaco determina una conducta
totémica generadora de una serie de comportamientos condicionados,
que se originan como productos de largos siglos de totemismo
animista, que dan lugar a una serie de comportamientos
psicosomáticos incondicionados, en función de la racionalización
social del trabajo por medio del animismo cósmico del zodiaco.
De esta forma tenemos claramente establecida esta etapa de desarrollo
del proceso productivo, en función del condicionamiento de la
conducta humana por medio del animismo natural correspondiente a la
economía recolectora, que finalmente se convierten en
comportamientos psicosomáticos incondicionados, sobre los cuales se
determina el condicionamiento social regulador de las relaciones de
producción en la economía agropecuaria.
Regulación que se expresa en la constitución de las castas, y que
posteriormente, , al producirse el desarrollo de la propiedad privada
sobre los medios de producción, y la formación del comercio, sentaran
las bases para un serie de comportamientos condicionados, que
constituyen la sociedad burguesa, y que tendrán por base la
transformación en incondicionales de los comportamientos sociales
condicionados que son regulados preceptivamente por el zodiaco en la
sociedad de castas.