LA CONQUISTA DEL PAIS DE MORFEO CAPITULO XIV – El Fenómeno de la Reencarnación.

EL FENOMENO DE LA REENCARNACION

El estudio del fenómeno de la reencarnación es continuación lógica

del tema de la monada, que ahora vamos a tratar científicamente de

resolver como tal.

Dij irnos que la monada, constituia de hecho la unidad de información

psíquica a partir de la cual se formaba la conciencia de los suj etos

humanos, siendo una particularizacion diferenciada de las relaciones

sociales de producción, en función del componente de

autodiscriminacion perceptiva colectiva, sobre las que se fundamentan

las relaciones sociales de producción.

De este modo la reencarnación a nivel psíquico, no expresa otra cosa

que la experiencia social colectivamente acumulada, expresada por el

campo psicobioplasmico, que constituye el producto acumulado

continuamente renovado del conjunto de personalidades que han

constituido o jalonado el desarrollo de la civilización humana, asi

como su transito desde el procónsul al homo sapiens.

El carácter físico de este campo psicobioplasmico, asi como su

contenido social ya ha sido definido ampliamente a lo largo de

anteriores capítulos de esta obra, por lo cual ahorramos el trabajo

de hacer una definición y remitimos al lector al estudio y repaso del

mismo, pues se trata de todo un proceso.

El fenómeno de la reencarnación, que ya ha sido ampliamente

desarrollado en su forma mistica o aristocratico-burgesa, no es otra

cosa que el proceso de desarrollo de la conciencia humana, como

expresión general de las relaciones sociales de producción, que

determinan la formación de monadas o complejos psíquicos

individualizados, que se van desarrollando, constituyendo el capital

psíquico acumulado, que a su vez es generado por la personalidad, de

modo que este capital psíquico acumulado determina un incremento de

la productividad, siendo esta acumulación o plusvalía que determina

el desarrollo de la humanidad en el sentido psíquico, el producto del

psiquismo vivo o autodiscriminacion perceptiva, encarnado por la

personalidad.

Cuando se habla de la reencarnación siempre se hace sobre la base de

una interpretación burguesa, en defensa de la propiedad privada como

causa provocadora de la individualidad burguesa, pero jamas como un

fenómeno histórico condicionado; pues la individualidad burguesa,

parte de la subconsciencia, y al igual que esta entra en

contradicción absoluta con el desarrollo de la conciencia humana.

En esencia tenemos claramente expresado y con bástanla precisión, el

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problema de fondo que nos define la reencarnación como la continuidad

de la historia humana, sin empezar desde cero; pues de hecho sin

formar parte integra de un determinado nivel de desarrollo de la

conducta humana y su psique, las relaciones de producción serian

inasimilables, pues el desarrollo biológico del cerebro no es

separable del desarrollo psíquico de la programación del mismo y del

sistema operativo que lo controla, al cual hemos llamado psique.

todo lo cual nos plantea que el capital psicológico no empieza por

cero, como ninguna de las formas, sino que se reproduce y refleja en

la actividad social que determina las relaciones sociales de

producción. Sin embargo hemos de sen’alar que este capital psíquico

aunque tenga una cierta autonomía, su acrecentamiento y desarrollo

viene determinado y condicionado por el desarrollo de las fuerzas

productivas, de modo que un estacamiento y regresión del desarrollo

de las fuerzas productivas, producirá inevitablemente un

estamcamiento y regresión del capital psíquico. Tal es el caso del

Imperio Romano, por no citar otro caso. La hisiria prueba

elocuentemente, que es imposible una renovación psquica sino se

produce una renovación de las fuerzas productivas. Algunos quiza

digan que el cristianismo, el budismo y el islán dieron lugar a una

renovación psíquica sin renovación de las fuerzas productivas. La

verdad es que los árabes ocuparon una zona del antiguo Imperio Romano

de Oriente, donde estaban dadas todas las condiciones para una

revolución democratico-burguesa, que fue sofocada por el islán. Los

cien mil libros de la Biblioteca de Alejandría quemados por el califa

Ornar, hablan a las claras no de revolución sino de contrarrevolución.

El budismo evito el desarrollo en China y la India de una revolución

democratico-burguesa; En la India permitió desviar la atención de las

masas de las transformaciones sociales, de modo que una vez

decepcionadas las masas hindúes del budismo, que no era otra cosa que

una nueva vestimenta del hinduismo primitivo bajo la forma de

populismo religioso, los bramanes pudieron reconquistar sus

posiciones por medio de una reacción que liquido las formas de

populismo religioso reivindicativo introducidas por Gautama Buddha y

sus discípulos; en tanto que en China permitió una renovación que

salvo a la aristocracia china de la revolución, y permitió sofocar y

aplastar la revolución democrática, culminando con la conversión del

Hijo del Cielo a la nueva religión, al igual que ocurrió con su primo

Constantino en Occidente.

En Roma donde la propiedad privada como fundamento del orden social

habia alcanzado mayor desarrollo, haciéndose extensiva a todo el

imperio, el antagonismo social tenia una tremenda fuerza, que

determino el caracetr peculiar de la nueva religión, que aunque

cumpliendo el papel de sofocar y aplastar la revolución

democratico-burguesa, expreso de modo radical y reivindicativo las

aspiraciones democráticas de una masa social mucho mas heterogénea,

que le obligo a reconocer la igualdad de todos los hombres; que ya

habia sido hecho por Roma, al hacer extensiva la ciudadanía romana a

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a muchos individuos y a algunos pueblos; con lo cual la igualdad

cristiana en el Pecado Original, que no era otro que la encarnación o

el descenso del espíritu a la materia, se reducía a reclamar la

ciudadanía romana a todos los subditos del imperio. Sin embargo en

las epístolas de San Pablo, se exhorta a la obediencia a las

autoridades, asi como en el servicio a sus amos por parte de los

siervos, afirmando que toda soberanía viene de Dios. Finalmente como

expresión demagógica, la condena de la revolución sociopolitica es

compensada con la promesa de una revolución realizada por Dios, la

cual esta contenida en el Apocalipsis de San Juan.

El budismo, el islamismo y el cristianismo no son otra cosa que el

cimiento ideológico de una contrarrevolución aristocratico-populista,

que sofoca y aplasta la revolución democratico-burguesa, que la

crisis de los imperios Indio, Chino, Romano y Persa determinaban.

Las revoluciones esprituales que expresaron las nuevas religiones, no

fueron otra cosa que la cobertura política de la contrarrevolución

aristocrática, que sofocaron y aplastaron las revoluciones

democratico-burguesas contenidas en el seno de las grandes crisis que

sacudieron dichos imperios.

Podemos ver la naturaleza de las grandes revoluciones espirituales,

que fueron la cobertura de grandes contrarrevoluciones, que

permitieron sofocar y aplastar grandes revoluciones contenidas en las

crisis que sacudieron los grandes imperios de la antigu-edad.

Hoy precisamente tenemos a la vista una gigantesca renovación

espiritual, que anuncian una multitud de movimientos diversos, la

cual no es otra cosa que la cobertura de la contrarrevolución

burguesa, para sofocar la revolución proletaria por medio del

fascismo, unificando a la contrarrevolución social contra la clase

obrera en los estados obreros con la contrarrevolución política

contra el movimiento obrero en los estados burgueses.

Toda renovación psíquica verdadera tiene que apoyarse en una

renovación de las relaciones sociales de producción, pues en caso

contrario esta renovación no sera otra cosa que una contrarrevolución

política e ideológica, que aplastara la posibilidad de una revolución

sociopolitica contra el orden social, que implica la crisis

generalizada de este orden social.

Hay que sen’alar sin embargo que en el terreno ideológico, el triunfo

de las grandes contrarrevoluciones estuvo fundamentado en que en los

grandes imperios de la antigu-edad/ la alternativa

democratico-burguesa no habia alcanzado una plasmacion positiva, sino

que expresaba una negación del orden aristocrático en el sentido

nihilista o anarquista.

La derrota de la contrarrevolución se produce como consecuencia de

una altermativa global y totalizadora de la existencia humana.

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Como ya dijimos anteriormente el desarrollo de la individualidad

humana ha concluido la parte ascendente de la individualidad moral,

cuya causa social es la propiedad privada, de modo que la monada

reencárnate o reflejo psíquico diferenciado generado por el

desarrollo de las fuerzas productivas, es contenedor de toda la

información psíquica en función de la cual se produce el desarrollo

de la personalidad. Para dar el paso hacia la individualidad

intelectual, rompiendo la costra o caparazón de la individualidad

moral que se opone al desarrollo del contenido psíquico de la

individualidad humana, pues dicho contenido psíquico en la actualidad

solo puede desarrollarse como individualidad intelectual; siendo el

fundamento o causa social del desarrollo de la individualidad

intelectual el pleno desarrollo de la propiedad colectiva, que debe

convertirse en el determinante único de las relaciones sociales de

producción.

Si consideramos el antakarama como símbolo de la individualidad

moral, tenemos que el desarrollo de al individualidad humana, implica

la ruptura positiva del antakarama y la plasmacion positiva del

materialismo dialéctico reprimido y generado por la crisis de las

relaciones burguesas de producción, dando lugar a la plasmacion

positiva de esta ruptura como individualidad proletaria.

Podemos decir que las características concretas del fenómeno de la

reencarnación son:

1) El carácter colectiva de las relaciones sociales de producción,

que da lugar a la acumulación de experiencias en el campo

psicobioplasmico generado por la actividad del cerebro humano en

función de la autodiscriminacion perceptiva, que nace con la

aparición de la poliandrogamia endogama en la horda.

2) La formación de normas totemicas colectivas, que regulan

coercitivamente la conducta de los sujetos en función de la necesidad

de romper el particularismo endogamico por medio del desarrollo de la

exogamia negativa.

3) La particularizacion de la endogamia negativa en toda una serie de

normas coactivas preceptivas, que finalmemte determinan el desarrollo

particularizado de las normas totemicas coercitivas. Lo que da

nacimiento a la individualidad moral, configurando la monada

reencarnante.

4) La individualidad moral expresa el desarrollo particularizado de

las normas totemicas coercitivas, dando lugar a la formación de un

Super-Yo metafisico particular, que se expresa en la conciencia

emocional deductiva unificada.

5) Como ya hemos dicho la causa social de esto es el desarrollo de

las fuerzas productivas, que expresan a partir de esta privatización

del Super-Yo colectivo, la privatización de la potencia social, que

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se manifiesta a su vez en una privatización de la conducta moral.

6) La inversión de este proceso tiene lugar cuando la propiedad

privada deja de impulsar el desarrollo de las fuerzas productivas,

debiendo dejar paso a la propiedad colectiva, cuyo producto psíquico

esta constituido por la emancipación y desarrollo de la

individualidad intelectual.

7) La pugna entre la moral y el intelecto expresa a nivel ideológico

la pugna entre la propiedad privada y la propiedad colectiva, la cual

tiene su raiz en la lucha de clases entre el proletariado y la

burguesía.

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